Desde que Soledad Pastorutti irrumpió en la escena del folclore argentino, su hermana Natalia Pastorutti fue su compañera inseparable. Juntas recorrieron escenarios de todo el país, cosecharon ovaciones y dejaron una huella imborrable en la música popular. Sin embargo, con el paso del tiempo, Natalia tomó la decisión de construir un proyecto de vida alejado del foco mediático.
A pesar de crecer rodeada de aplausos, entrevistas y giras multitudinarias, Natalia sintió el deseo de explorar otros horizontes.“Estudié porque tengo una personalidad tenaz y cuando digo: ‘Quiero hacer esto’, no paro hasta que lo consigo”, contó en una entrevista, dejando entrever el compromiso que la guió desde siempre.
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Movida por esa determinación, se formó primero como abogada y luego completó su carrera con el título de escribana, una vocación que la acompañaba desde la infancia. “Era una meta que tenía desde siempre y mi mamá cuenta que de chiquita yo decía: ‘Cuando sea grande quiero ser escribana y ama de casa’”, recordó con cariño.
Aunque logró recibirse, Natalia aclaró que nunca tuvo interés en ejercer la abogacía. “Siempre supe que no quería ejercer Abogacía pero sí Escribanía. Después no se dio porque viví en Buenos Aires, pero cuando me casé nos mudamos a Arequito y no ejercí”, explicó. Fue en esa localidad santafesina, cuna también de Soledad, donde decidió llevar adelante una vida tranquila y enfocada en su familia.
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En 2014, Natalia se casó con Andrés Manini. Años después llegaron sus hijos, Pascual, nacido en 2016, y Salvador, que llegó al mundo en febrero de 2021. Allí, lejos de las luces del espectáculo, Natalia se dedica a criar a sus hijos y a seguir formándose. Además de su carrera universitaria, estudió Sociología y se volcó al aprendizaje de idiomas, especialmente italiano e inglés.
Si bien se alejó de los escenarios como forma de vida, Natalia nunca cortó del todo su vínculo con la música. Acompaña ocasionalmente a su hermana en presentaciones especiales y editó dos discos solistas: Me dejo andar (2007) y Fui yo (2010).
Natalia Pastorutti, la hermana de La Sole, reveló la verdad de su separación
Durante más de veinte años, Natalia Pastorutti acompañó a su hermana Soledad en los escenarios más importantes del país, consolidando juntas una propuesta folclórica que dejó huella en la música popular argentina.
Sin embargo, en una reciente entrevista, la cantante reveló los motivos profundos que la llevaron a tomar distancia de ese recorrido compartido y apostar por una nueva etapa, más alineada con sus deseos personales y su bienestar.
“Fueron veintipico de años que la acompañé cada fin de semana”, recordó la artista santafesina al hacer un repaso de su carrera. Pero con el paso del tiempo, la necesidad de conectar con otros intereses y de encontrar un espacio propio fue tomando fuerza.
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“Uno se va poniendo más grande y sentí que hay que disfrutar, hacer lo que a uno le gusta”, expresó con sinceridad, sobre lo que la llevó a alejarse de su hermana, que de las dos es la más conocida en los medios televisivos.
La decisión de tomar distancia no fue abrupta, sino resultado de una reflexión sostenida. Natalia destacó que buscó comodidad, disfrute y un equilibrio entre lo profesional y lo personal. “A veces, estar todo el tiempo expuesto no es fácil. La gente ve lo lindo, pero detrás hay sacrificio”, afirmó, al referirse a los desafíos que implica la vida artística.
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Uno de los factores clave en este cambio fue la maternidad. Tras convertirse en madre, la cantante comenzó a replantearse sus prioridades. “Después de ser mamá, me propuse disfrutar todo lo que estoy haciendo”, contó. Ese cambio de perspectiva la impulsó a explorar nuevos formatos creativos, componer desde un lugar más íntimo y enfocar su carrera hacia una expresión más personal.
Pese al cambio en su camino artístico, la relación con Soledad Pastorutti sigue siendo cercana. Natalia aseguró que el vínculo entre ambas no se vio afectado y que comparten una vida familiar activa en el predio de Arequito, donde conviven también sus padres y las respectivas familias. “Siempre fui una agradecida de poder acompañar a mi hermana”, concluyó, dejando en claro que la separación fue una elección personal y no un conflicto entre ellas.