La previa de la final de la Copa del Rey 2024-25 entre Barcelona y Real Madrid quedó completamente empañada por un inesperado episodio que sumó dramatismo a un clima ya cargado. El árbitro designado para dirigir el partido, Ricardo De Burgos Bengoetxea, rompió en llanto durante la conferencia de prensa y sus declaraciones generaron un cimbronazo dentro del mundo del fútbol español.
La reacción del Real Madrid fue inmediata: considera que el colegiado no está en condiciones de arbitrar un partido de tal magnitud y solicitó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que lo reemplace, algo que ya fue descartado por las autoridades.
Durante la rueda de prensa previa al encuentro en Sevilla, De Burgos expuso el costado más humano del arbitraje. Habló entre lágrimas sobre cómo los ataques públicos afectan a su hijo en la escuela y al entorno familiar: “Cuando un hijo tuyo va al colegio y le dicen que su padre es un ladrón, eso es muy jodido. Le digo que su padre es honrado, que se equivoca como cualquier deportista, pero es honrado”, expresó con la voz quebrada.
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De Burgos Bengoetxea rompe a llorar en la rueda de prensa previa a la final de Copa: «Cuando un hijo tuyo va al colegio y hay niños que le dicen que su padre es un ladrón y llega a casa llorando eso es muy jodido» pic.twitter.com/HEcHSTKVxF
— Mundo Deportivo (@mundodeportivo) April 25, 2025
El impacto emocional fue tal que muchos comenzaron a dudar si estaba preparado para afrontar un duelo de tanta presión. A su lado, el responsable del VAR, Pablo González Fuertes, también mostró su preocupación por el nivel de hostilidad en el ambiente. “Hay consecuencias muy graves de lo que se dice. Jugadores, redes oficiales de clubes, todos atacan. No somos menos personas que los futbolistas”, aseguró.
Ambos hicieron un llamado a la reflexión para que el fútbol recupere su esencia y se aleje del odio que hoy domina el debate. En el Merengue, sin embargo, estas palabras solo reforzaron su malestar.
El club entiende que el árbitro ha perdido la objetividad y que su exposición emocional lo deja en una posición frágil para manejar un clásico de esta magnitud. Además, se sintieron directamente aludidos cuando en la conferencia se mencionaron los contenidos de RMTV, el canal oficial madridista, que en los últimos días publicó un informe cuestionando el historial de De Burgos con ambos clubes.
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Desde la dirigencia blanca se hizo una petición formal para cambiar a los árbitros del encuentro, pero la respuesta de la RFEF fue contundente: no habrá modificaciones. Según fuentes de la Federación, ya no es viable alterar las designaciones a esta altura y tanto De Burgos Bengoetxea como González Fuertes estarán al frente del encuentro.
Mientras tanto, la tensión sigue creciendo. El Real Madrid ya adoptó medidas de protesta y no participó en ninguna de las actividades oficiales previas a la final. El malestar es profundo y pone en jaque el normal desarrollo de un evento que debería ser una fiesta del fútbol español. Todo está en suspenso hasta el pitazo inicial.
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