Esta vez, la corrida fue por los remolinos de arena que generaron las aspas del helicóptero AW109 al aterrizar sin autorización en «la olla», la zona de médanos al norte de Pinamar que suele ser noticia por los accidentes, los heridos y las muertes que provoca el caos de tránsito de camionetas, cuatriciclos y UTV, los todo terreno de moda.
Pero hace tres años, en la temporada 2022, las que volaron por el paso rasante de un helicóptero fueron sombrillas.
Esa vez, viajando con la puerta abierta y sentado en el lado izquierdo de la aeronave, una mucho más pequeña que la que usó el cantante Perro Primo, el entonces ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, vio cómo a su paso volaban sombrillas; milagrosamente no hubo accidentados. Entonces no hubo sanciones para el piloto del helicóptero Robinson de la Policía Bonaerense.
No tuvo la misma suerte quien piloteaba la nave en la que llegó el cantante de cumbia 420 a La Frontera. Fue por una denuncia penal que hizo el intendente de Pinamar, Juan Ibarguren, y que resolvió el juez federal Alejandro Ramos Padilla aplicando un artículo del Código Penal que, creen aquí, podría darle solución a la locura que se vive cada temporada en la zona de «la olla».
Se trata del artículo 193 bis. El piloto, según trascendió, sería Luciano Ventricelli, de 43 años, empresario y ex piloto de automovilismo.
El artículo 193 bis indica: «Será reprimido con prisión de seis meses a tres años e inhabilitación especial para conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que creare una situación de peligro para la vida o la integridad física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo automotor, realizada sin la debida autorización de la autoridad competente».
El juez, además de inhabilitar al piloto para volar –le suspendió la licencia por 60 días–, e incautó la aeronave.
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Un helicóptero aterrizó en una playa de Pinamar: le retiraron la licencia al piloto
Es lo que entiende el secretario de Turismo de Pinamar, Lucas Ventoso, abogado y ex titular del área de seguridad, debería ocurrirle a quienes llegan a la zona de La Frontera, en el límite norte del distrito, y se internan en la zona de médanos a correr con vehículos preparados para la arena, motos, cuatriciclos, camionetas 4×4 y los costosos UTV (Utility Task Vehicle o vehículo para tareas de servicio).
«Vienen a correr el Dakar en ojotas, sin casco, ningún tipo de protección, y no solo se matan ellos, sino que ponen en riesgo la vida de los demás, cuando no los matan», explicó el funcionario a Clarín.
«La Olla», un lugar plagado de descontrol y locura
La comuna demarcó un «corredor seguro» en la línea de costa en la que tiene jurisdicción, unos 300 metros desde la orilla del mar, por la que se puede transitar a 40 kilómetros por hora. Pero luego, los vehículos viran a la izquierda y se internan en la zona de médanos, que es privada, y tiene un punto en el que todos confluyen, llamado «la olla».
Se trata de un bajón en el terreno, rodeado de dunas altas. La gracia de los pilotos es subirlas y bajarlas a toda velocidad. Ocurre que a veces se topan que el que viene del otro lado, al que no ven: hay accidentes, choques, caídas. Mientras unos circulan, otros pilotos observan las maniobras; lo que debería ser un páramo frente al mar, arde por el rugir de los motores.
«Ahí no tenés normas de tránsito, ¿cuál es la prioridad de paso en la punta de un médano, quién por la derecha, quién por la izquierda?», se pregunta Ventoso, y se refiere a una deficiencia en la legislación, que no exige que cuatriciclos o UTV tengan que ser patentados.
«Te comprás un scooter de 50 cc y tenes que patentarlo, estos bichos, que cuestan miles de dólares y van de 0 a 100 kilómetros por hora en 4 segundos, no».
¿Hay solución? Ventoso propone que «de oficio», el Ministerio Público Fiscal disponga el secuestro y decomiso de los vehículos que violen el articulo 193 bis. «Ni siquiera tener que montar operativos, corridas, nada. Porque ahí se entra y se sale por un solo lugar«.
«¿Qué puede hacer el juez de Garantías con la camioneta decomisada? Fácil –dice el funcionario–, la entrega en guarda judicial para uso público. Por ejemplo, acá en Pinamar o en Villa Gesell, los destacamentos de la Mujer no tienen vehículos para notificar restricciones de acercamiento. Les vendría bien una VW Amarok o una Ford Raptor decomisada. Y sería un ejemplo: te aseguro que antes de ir a saltar a los médanos lo van a pensar dos veces«.
Hace tres años, en La Frontera, ocurrieron dos accidentes fatales con pocos días de diferencia. Agustina Queirel, correntina de 34 años, mamá de 3 chiquitos, murió aplastada al caer de un cuatriciclo, y Antonio Emilio Salinas, de 31 años, turista de Escobar, murió tras chocar su cuatriciclo con un UTV.
Este verano, también en un cuatriciclo, una joven de 19 años atropelló a un chico de 8 años, y no muy lejos de allí, 65 kilómetros al norte, entre Costa del Este y Mar de Ajó, distritos del Partido de la Costa, un hombre de 55 años murió tras volcar con su UTV.
Sergio Gustavo Guibar, turista oriundo de Longchamps, de 55 años, fue rescatado de los médanos de la zona de El Arenal por personal de Defensa Civil y Bomberos.
Había volcado cuando trepaba un médano y sufrió un fuerte golpe en el pecho. En el hospital de Mar de Ajó se descompensó, sufrió un paro y falleció. La adrenalina se mezcla con el peligro y, a veces, con la tragedia.
Mar del Plata. Corresponsal
MG