El heredero de Gerardo Morales comenzó el año con presos por tuitear, de eso no se olviden. Por supuesto también recordamos los constantes aumentos de boleto de colectivo, impuestos al combustible, la tasa Girsu en las boletas de Ejesa y hasta se sacó fotos con la negacionista de Victoria Villarruel en el Cabildo que, como sabemos, es un lugar de memoria donde hubo detenidos y torturados en la última dictadura cívico militar.
“Transitamos un año de intenso trabajo y, a pesar de la difícil situación económica del país, Jujuy sigue adelante”, dice el gobernador, pero ¿a qué costo?. Como explicó el diputado nacional Alejandro Vilca: Carlos Sadir le robó a los trabajadores y trabajadoras $ 250.000 millones. Sometiendo a la pobreza a los laburantes estatales de Jujuy, la provincia mantiene un superávit fiscal a costa de que los sueldos caen un 20 % en su poder de compra durante el 2024. También presentó una Ley de Emergencia Económica que intentó más ajuste a los estatales pero por el rechazo que generó no pudieron avanzar.
Entre las propuestas de la izquierda que el cogobierno de la UCR con el PJ jujeños rechazaron están las medidas de emergencia contra el dengue que Sadir no llevó a cabo. Pero sí le votó la Ley Bases y el RIGI al gobierno de Javier Milei y dió sostén al DNU 70/2024. Permitió que avance en Jujuy un acuerdo con la empresa Mekorot, cómplice del genocidio en Palestina y áltamente dañina para los recursos hídricos provinciales.
“Estoy junto a la gente”, exclama Sadir, mientras hubo desalojos, discriminan a las artesanas en Humahuaca, impulsaron reformas xenófobas para cobrarle la salud a los hermanos bolivianos, siguen persiguiendo a los luchadorescontra la Reforma. Donde avanza el saqueo del litio las escuelas no cuentan con trabajadores y servicios.
Sadir de la mano de Milei lleva a las mayorías trabajadoras por una ruta de sacrificios. Y a los empresarios les extiende una alfombra roja para más saqueo del litio y negocios como nunca en los ingenios o los exportadores de tabaco.
En ese camino volverán las acciones de la clase trabajadora como vivimos el año pasado en las rutas contra la Reforma. Pese a todo lo que hicieron las centrales sindicales y gremios este año para que no se coordinen las luchas de los docentes, estatales, comunidades, azucareros, choferes, de la salud, entre otros, el pueblo trabajador se expresó con bronca contra el ajuste y la explotación patronal.
Está ahí el desafío, en organizar toda esa fuerza para resistir el plan de ajuste y entrega de la provincia y el país de los gobiernos, y prepararnos para pasar a la ofensiva para que las mayorías trabajadoras se hagan del control de una provincia rica, saqueada por unos pocos.