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Con una huerta y un taller de compostaje, una docente especial logró impactar en familias y escuelas de su comunidad

El trabajo de Paola Minigozi como docente no sólo ha impactado a los estudiantes de la Escuela Especial N° 5 «República de Polonia», en Apóstoles. Sus proyectos, como una huerta escolar y un taller para compostar, han influenciado a familias y otras escuelas de esta localidad de Misiones.

De profesión ingeniera agrónoma, comenzó su trayectoria docente en 2007 y su pasión por la huerta la llevó a enseñar sobre el cultivo y alimentación saludable. Desde el 2014 da clases en la escuela República de Polonia, lo cual le implicó abordar la enseñanza de otra manera. “Trabajar dentro de la modalidad especial fue un desafío muy grande para mí, ya que tuve que adaptar cada contenido mediante estrategias personalizadas a cada alumno”, explica.

Cada una de sus clases es una experiencia sensorial. Con herramientas didácticas en miniatura, fichas ilustrativas y peluches que representan frutas y hortalizas, esta docente especial transforma el aula en un lugar donde los niños se divierten y adquieren conocimientos. Luego, aplican lo aprendido en la huerta de la escuela y llevan la producción a sus hogares, para compartirla en familia.

Paola Minigozi transforma el aula en un lugar donde los niños se divierten y adquieren conocimientos.

La metodología no solo permite que los niños comprendan el valor de cultivar, sino también que sus familias se interesen por los alimentos de la huerta. Y el impacto se hace notar: “Los chicos vienen más motivados a la escuela”, señala. Este entusiasmo es vital en un entorno donde cada pequeño avance se celebra como un gran logro.

“Los estudiantes que concurren a la escuela viven en un contexto sociocultural donde la base de la alimentación son el reviro, la torta frita y el mbeyú, entre otras comidas locales. Alimentos que, si bien son muy energéticos, no cumplen con los requisitos de una comida variada y nutritiva”, aclara Paola. De allí la importancia de crear conciencia alimentaria y proveer de este tipo de alimentos a sus familias.

Un futuro promisorio

«Tengo la expectativa de que las demás escuelas especiales repliquen el trabajo que estamos haciendo», dice Paola con determinación. Su iniciativa busca, además, que los alumnos más grandes puedan obtener una salida laboral a partir de la experiencia con la huerta.

Otro proyecto que gira en torno a la misma filosofía de sostenibilidad y conciencia ambiental es La Compostera de yerba mate. «La idea surgió luego de ver cuánta yerba se desechaba por día, tanto en la escuela como en las casas particulares y partir de allí pensó en reutilizarla».

Gracias a la buena recepción que tuvo el proyecto en su comunidad, y al aporte de una reconocida empresa productora de yerba mate, pudieron crear una red de compostaje que, al día de hoy, integran más de 10 escuelas de la localidad.

En este lugar, el cultivo de una huerta se ha convertido en una metáfora de la siembra de esperanzas y sueños. La sonrisa de Paola, la alegría de sus alumnos y el crecimiento de sus pequeñas plantas son un claro recordatorio de que las raíces de un futuro mejor se forjan a través del amor por la enseñanza y el compromiso con la comunidad.

Premio Docentes Que Inspiran

Docentes que Inspiran, un premio impulsado por Clarín y Zurich Argentina, es un homenaje a los docentes destacados de nuestro país.

Este reconocimiento busca movilizar a toda la comunidad a favor de una mejor educación, difundiendo las historias inspiradoras de aquellos docentes excepcionales que dejan una huella decisiva en sus estudiantes.

Si querés conocer las historias de los seis finalistas del Premio Docentes que Inspiran, ingresá en www.premiodocentesqueinspiran.com.ar o a las redes sociales del concurso: en Facebook, “Docentes que Inspiran”; y en Instagram, @docentequeinspiran.

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