Otra vez el espacio libertario volvió a sacudir el tablero político porteño. Tras presentar una Ley Bases de la Ciudad hace un par de meses, los dirigentes vinculados a Karina Milei aprovecharon una iniciativa a nivel nacional para eliminar las PASO y regular la boleta única papel a la vez que pusieron el ojo en el millonario gasto que implicó, el año pasado, la boleta única electrónica en las elecciones concurrentes de 2023.
Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en la Ciudad son un espejo de las nacionales salvo con un cambio: la fórmula a jefe de Gobierno se elige después de las internas y no antes, como a nivel nacional. Es decir, el vicejefe o vicejefa lo puede seleccionar el candidato una vez que ganó.
El proyecto lo impulsó la legisladora de máxima confianza de la secretaria general de la Presidencia y titular de LLA en la Ciudad, Pilar Ramírez, junto a toda la bancada libertaria que conduce.
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En la iniciativa se eliminan las PASO y también se regula la boleta única papel (que en términos legales quedaba a discreción del jefe de Gobierno su implementación), ya que solamente está regulada la boleta electrónica.
“Las PASO son una encuesta que paga la gente y solo le sirve a la casta política. Si los políticos quieren dirimir sus internas, que lo paguen de sus bolsillos y no con la de todos los porteños. Si son internas políticas, que la paguen los partidos políticos. Sale millones de dólares y pone al porteño en la obligación de tener que ir a votar un montón de veces. Son millones de dólares tirados a la basura”, aseguró Ramírez al presentar la iniciativa.
Los costos son un tema clave. Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad, en 2023 las elecciones PASO se gastaron $ 284.850.386,79.
Pero eso no es todo: los libertarios pusieron la lupa sobre el costo de la boleta electrónica, con el alquiler de máquinas instaladas en las escuelas de la Ciudad, que funcionaron de manera irregular. “Solo alquilarlas salió más de 25 millones de dólares”, apuntan fuentes parlamentarias de LLA a PERFIL.
El año pasado fue el entonces jefe de Gabinete, Felipe Miguel, quien impulsó la boleta electrónica en elecciones concurrentes (el mismo día que las nacionales pero con otra modalidad). La ley porteña exigía eso también. Eso le valió al entonces precandidato a presidente, Horacio Rodríguez Larreta, un enojo generalizado en el PRO y en particular de Mauricio Macri.
Pero los serios retrasos, de hasta una hora y media, y los problemas que tuvieron las máquinas generaron un verdadero incordio indeseado.