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Cayó casi 7% el empleo Pyme este año, la baja más pronunciada desde 2016, y sigue decreciendo la producción

El empleo en las pequeñas y medianas empresas (PyME) habría caído 6,8% en 2024, y si bien los salarios de este segmento aumentaron y presionan sobre los costos de las empresas, no serían suficientes para cubrir el costo de vida de los empleados y perdieron poder de compra real. 

Son algunas de las conclusiones de la tercera encuesta coyuntural de la Fundación Observatorio PyME (FOPyME) en 2024, la cual respondieron durante octubre pasado unas 500 empresas, alrededor de 400 del sector manufacturero y otras 100 de las de desarrollo de software y servicios informáticos. 

El Observatorio calcula que son aproximadamente 85.000 las PyMEs en el país, que representan alrededor del 50% del producto total y de la ocupación total de la Argentina. 

«El dato verdaderamente preocupante es el desempleo. Por eso, no sabemos si se atenúa la caída porque la caída de la ocupación es de -7%, la mayor de la serie y ya el trimestre anterior había caído -5% anual«, analizó Federico Poli,Director Ejecutivo FOPyME.

Encuentran, sin embargo, una baja densidad de compañías: hay 12,1 empresas por cada 1.000 habitantes, cuando en Europa este mismo indicador es de (72,3). Los datos muestran un estancamiento de más de 15 años en la cantidad de compañías a nivel local. «Aunque hay localidades con mejores indicadores, la baja densidad empresarial está presente en todo el territorio nacional», aclara el análisis presentado el miércoles en el Auditorio de la Unión Industrial Argentina (UIA)

Para Poli, «para que crezca el empleo hace falta que crezca la cantidad de empresas. En la Unión Europea hay 72 empresas cada 1.000 habitantes; en CABA, 43, pero el promedio nacional es 12 y hay provincias como Formosa con menos de 4».

Cantidad de empresas en Argentina por cada mil personas (FOPyME 2024)

Caída del empleo PyME

En resumen, el Observatorio remarca que en las Pymes manufactureras la recesión aflojó en intensidad pero se mantuvieron todas las variables en el terreno negativo: 

  • ventas deflactadas acumulan 11 trimestres consecutivos a la baja

  • producción se contrajo -13% interanual, y fue el sexto trimestre de caída consecutiva

  • La ocupación (empleo) se contrajo un -6,8% año contra año; la mayor baja de la serie trimestral que inicia en 2016.

Poli detalló durante la presentación que «En 2024 se profundizó la caída de las variables productivas de las PyME industriales. Ahora en el tercer trimestre nos preguntamos si se atenúa la caída porque si miramos los datos de producción vemos que continúa la caída interanual pero con menos intensidad, mientras que las ventas sí detiene la caída (es -1%) y algunos sectores muestran datos positivos de ventas.»

Los datos de alguna manera coincidirían con el escenario que se planteó esta semana desde la Secretaría de Trabajo que conduce Julio Cordero. Los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) en su última edición, muestran que en agosto y septiembre últimos creció el empleo asalariado formal del sector privado, mientras que desde enero a septiembre, el salario real habría aumentado unos 10 puntos porcentuales.

Pero a la vez, los sectores presentaron este año dinámicas disímiles de acuerdo al Observatorio. Mientras que la recesión tuvo más impacto en el segmento manufacturero, en las PyME se software y servicios informáticos se vio el sostenimiento de la actividad, aunque con menor dinamismo en la primera parte y un mejor desempeño en el tercer trimestre. En este último, una recuperación ya habría comenzado

El sector de Software y servicios informáticos (SSI) mantuvo en el trimestre tasas positivas, pero fueron las menores desde la post-pandemia: 

  • ventas deflactadas crecieron 11%
  • la ocupación creció 3% anual, revirtiendo la desaceleración de la primera parte del año.

Según los analistas del Observatorio, la industria atraviesa problemas típicos de los ciclos recesivos (62% mostró preocupación por la caída de las ventas y 53% por aumentos de costos salariales) mientras que las empresas de software y servicios informáticos reflejan problemas vinculados con la expansión y el futuro.

Como aspecto positivo, en el caso de la industria cayó un poco la preocupación por la caída de ventas y suba de costos. En tanto, creció ligeramente la preocupación por la dificultad para hacer frente a la demanda (signo de cierta mejora en las ventas) y la preocupación por la pérdida de mercado a manos de importadores, en un contexto de apreciación cambiaria y reducción del impuesto PAIS.

Otra buena noticia es que el Índice de Confianza Empresarial PyME (ICE-PyME) de la industria manufacturera mostró que crece la confianza desde el III-23 ubicándose en un nivel levemente optimista. En el SSI, el Índice está en niveles optimistas desde octubre del año pasado. 

Preocupación por el aumento de costos

En ambos sectores PyME hay preocupación por la estructura de costos en relación a los precios de venta. creciente costo de la energía, con impacto tanto en industria como en software y servicios informáticos. Para la industria, la energía pasó de representar un 5% de los costos directos de producción en 2015 a 8% en 2018, 7% en 2022 y en 2024 se sitúa en 11%. En software pasó del 3 al 6 por ciento.

Se advierte un retraso en los precios de las PyME industriales frente a sus costos generando tensiones en la rentabilidad: «Mientras que el 90% de las empresas tuvo subas en sus costos, solo la mitad de las empresas registró aumentos en sus precios», lo cual genera pérdida de rentabilidad. Además, de acuerdo al mencionado análisis, el precio de las manufacturas PyME ha evolucionado por debajo de los tipos de cambio (TCN oficial y MEP) y de los precios al consumidor de bienes (IPC-Bienes) y mayorista manufacturero general (IPP-Manufacturas).

En tanto, el Índice de Salarios PyME, creció por encima del Índice de Precios de las PyME. Se verifica un fenómeno que da en paralelo pérdida de rentabilidad para la empresas, a la par del atraso cambiario y baja de poder de compra de los salarios. 

«Lo que estamos viendo es que hay un retraso de los precios de las PyME industriales frente a sus costos. El 98% tuvo incrementos en la remuneración del personal, el 89% de los costos directos totales pero solo la mitad de las empresas aumentó el precio de venta del principal producto,» resumió el director de FOPyME. «Hay una suba de costos que no fue trasladada a los precios y los márgenes de rentabilidad se están achicando,» insistió.

Es el peor de los escenarios tanto para empresarios como empleados. «Otro dato a mirar es que los salarios PyME manufactureros están corriendo por encima de los precios de venta de las PyME pero por debajo del costo de vida. Esto significa que en este escenario de apreciación cambiaria está cayendo el poder adquisitivo del salario pero está aumentando el costo laboral. Ahí hay tensiones,» describió el analista.

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