La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santander ha acordado el archivo de la causa iniciada tras la denuncia de una joven de Zaragoza que aseguró ser víctima de una sumisión química este verano en la capital cántabra, donde se encontraba por una convención laboral de una conocida inmobiliaria para la que trabajaba, a través de una franquicia de la que fue despedida.
Lo decide así la magistrada en un auto, al que ha tenido acceso Europa Press, dictado el pasado miércoles, 29 de octubre, contra el que cabe recurso y en el que, también a petición de la defensa, acuerda que se deduzca testimonio a la denunciante y a un amigo suyo por un presunto delito contra la Administración de Justicia.
El letrado defensor, Fernando Pamos de la Hoz, había reclamado el sobreseimiento de las actuaciones tras la declaración de testigos y la presentación de informes forenses que descartan la sumisión química, tal y como pone de manifiesto la jueza en su resolución.
«No existe indicio alguno de que haya existido una sumisión química» en la denunciante y, por tanto, ese extremo junto al resto de pruebas practicada llevan a la conclusión de que los hechos denunciados «no han resultado probados ni siquiera indiciariamente» y, por tanto, «no son constitutivos de infracción penal», de ahí el carpetazo a las actuaciones.
HECHOS DENUNCIADOS
Los hechos denunciados sucedieron el pasado mes de junio en Santander, donde se encontraba la joven zaragozana para participar en una convención de Tecnocasa, la inmobiliaria para la que trabajaba a través de una franquicia y de la que fue despedida tras la denuncia, presentada el día 20 ante la Policía Nacional de la capital aragonesa.
Según explicaba en ella, la noche del 14 había acudido junto a un compañero a una fiesta en un establecimiento de Santander y habría consumido una única bebida, pese a lo cual experimentó una ‘laguna de siete horas’ hasta que despertó por la mañana desnuda en la habitación del hotel donde se alojaba con dolor vaginal y marcas en las muñecas de haber sido sujetada.
A su regreso a Zaragoza se sometió a diferentes pruebas que dieron positivo por consumo de cocaína y benzodiacepinas, por lo que acudió a Urgencias del Hospital Clínico para realizarse las prácticas médicas pertinentes.
En ese momento, se activó el protocolo de violencia sexual que movilizó a un forense y Policía Nacional, quedando el caso en manos de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) de Zaragoza, que abrió la investigación y recabó testimonios y pruebas de lo sucedido en contacto con el Juzgado instructor.
LOS FORENSES DESCARTAN LA SUMISIÓN
Pero tanto la UFAM como forenses del Instituto de Medicina Legal de Cantabria concluyeron en sus respectivos informes que no se distinguen evidencias de sumisión química en la denunciante una vez analizadas las diferentes pruebas practicadas.
Entre las mismas destacan las grabaciones de las cámaras del hotel donde se alojaba la chica y que muestran su estado y el del denunciado cuando ambos llegaron la noche de los hechos, antes de subir a la habitación de ella donde presuntamente tuvieron lugar.
En concreto, los expertos descartan signos de amnesia y de atenuación de la voluntad en la joven, que de acuerdo con las imágenes tenía un comportamiento normal, ya que caminaba por su propio pie o recordaba el número de habitación, entre otros detalles trasladados por la defensa a esta agencia.
Por todo lo anterior, la defensa interesó el archivo de la denuncia y, además, que se dedujera testimonio a la joven y a un testigo amigo suyo que respaldó su versión, peticiones a las que ha accedido la magistrada instructora.