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Cristina Kirchner, entre el paulatino despegue de su hijo político y la teoría del pararrayos para frenar a Milei

Cristina Kirchner transcurrió el día de la lealtad peronista con un oído puesto en lo que podía decir Axel Kicillof. Visitó en forma sorpresiva la universidad de Avellaneda, claro que sin avisarle al intendente local, Jorge Ferraresi, que está abiertamente enfrentado con La Cámpora. Y ratificó desde allí su apoyo a los estudiantes que protestan contra el ajuste del gobierno al presupuesto del sector. Pero su atención se enfocó en el persistente desaire de su “hijo político”, como muchos consideran al gobernador dentro del kirchnerismo.

La expresidenta aún no logra aceptar el comportamiento de Kicillof. Si bien no sería la primera vez que, en el peronismo, una figura creciente avanza sobre su mentor político, la “doctora” entiende que pese al llamado a la “unidad” que hizo el gobernador, detrás de la candidatura de Ricardo Quintela a presidir el PJ están las huestes axelistas. Será uno de los planteos que le hará la jefa del kirchnerismo al riojano cuando este viernes se vean las caras en el Instituto Patria. Solo un día después vencerá el plazo de presentación de listas.

En el mano a mano que tuvieron el miércoles en el departamento donde vive Cristina Kirchner, en Constitución, negado con disciplina maoísta por Kicillof, la expresidenta le explicó al gobernador por qué considera que su entronización en el PJ lo favorecerá en su intento de construir un liderazgo nacional, más allá de las fronteras bonaerenses. Según pudo saber LA NACION, la dama piensa que ella oficiaría como un pararrayos político capaz de absorber las andanadas del presidente Javier Milei y propiciar, a la vez, la reconstrucción peronista.

Cristina Kirchner junto a Wado de Pedro y Juan Manzur en el Instituto Patria, en el momento en que hablaba Kicillof

Cristina Kirchner repite un segundo argumento contrario a la designación de un gobernador como presidente del PJ: dice que un mandatario provincial está demasiado atado a los contactos que debe mantener con la Casa Rosada y menciona como ejemplo los casos de los “gobernadores Ja Ja”, como llaman en La Cámpora al tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil. También hace notar que otros gobernadores que fueron aliados del PJ, como el salteño Gustavo Sáenz y el misionero Hugo Passalaqcua, acuerdan con Milei.

Para la expresidenta, el Partido Justicialista debe adoptar un “perfil netamente opositor”. Por eso aprovecha cada oportunidad en la que el propio Milei y otras figuras prominentes del gobierno, como lo es Luis “Toto” Caputo, la cuestionan públicamente. Sobre todo cuando se la “dejan servida”: el ministro de Economía la llamó “esta mujer”, y a los oídos del kirchnerismo remitió a “Esa mujer”, el cuento de Rodolfo Walsh que explora el derrotero de Eva Perón. El kirchnerismo cree que los libertarios son exactamente la contracara de Cristina.

De acuerdo a las fuentes consultadas por este medio, más allá de su intento por polarizar con Milei y La Libertad Avanza de cara a las elecciones legislativas de 2025, Cristina Kirchner desembarca en el PJ como una forma de defender el armado de su hijo Máximo Kirchner, el doble jefe de La Cámpora y del peronismo bonaerense, ante la avanzada de Kicillof en la provincia. “Cristina y Máximo son una unidad política; es un error pensar que no son lo mismo”, graficó un dirigente que se mueve dentro del kirchnerismo.

Cristina Kirchner, en la universidad de Avellaneda

Así, en el kirchnerismo descartan de plano que un eventual acuerdo entre Cristina Kirchner y Kicillof -como producto de la negociación existente entre ambos- pase por abrirle al gobernador la tranquera del PJ bonaerense, como reclaman en La Plata de cara al armado de las listas de candidatos del año próximo. “Mirá todo lo que hizo Alberto Fernández para que Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz fueran a la lista de diputados (en 2023). Estuvimos a punto de ir a la PASO”, recuerdan fuentes con acceso al Instituto Patria.

En la actual versión de la interna peronista, los dardos del kirchnerismo se dirigen a tres dirigentes que este jueves estuvieron con Kicillof sobre el escenario en Berisso: Andrés “Cuervo” Larroque, Jorge Ferraresi y Carlos Bianco, este último la mano derecha del gobernador. Son parte del “entorno” que a juicio de los seguidores de la expresidenta no facilitan el acercamiento de posiciones con Kicillof. Y les atribuyen el foco discursivo en “el futuro” con el que insistió el gobernador, presentándose como el nuevo rostro del PJ.

Dentro de las escasas referencias de Kicillof a Cristina Kirchner no pasó inadvertida la mención a la causa Vialidad, que se encuentra en una instancia clave y ante una inminente ratificación de la condena a la expresidenta. “Basta de persecución y proscripciones”, enfatizó el gobernador desde el escenario, antes de advertir que “la derecha siempre quiere vernos divididos” y señalar que “acá no sobra nadie y en la discusión somos todos iguales”. En ningún momento apoyó la candidatura de Cristina a la presidencia del PJ.

Axel Kicillof en el acto que encabezó este jueves en Berisso

Unas horas antes, la senadora camporista Anabel Fernández Sagasti había sido la vocera del kirchnerismo ante el virtual lanzamiento de Kicillof como líder alternativo a Cristina Kirchner. “El silencio de Axel es doloroso. Hay muchos que no entendemos por qué no se ha pronunciado a favor de que Cristina conduzca el PJ nacional. No sé cómo entre Cristina y [Ricardo] Quintela no sabe a quién elegir. Me imagino que no es a Quintela, pero no lo ha dicho. En el el Día de la Lealtad esa situación es dolorosa”, dijo la mendocina.

Más tarde, la propia expresidenta apareció sorpresivamente en la universidad de Avellaneda. Allí no hizo referencias a la interna, pero el solo gesto de desafiar al intendente Ferraresi –uno de los cruzados anticamporistas– fue interpretado en ese sentido. Cristina Kirchner también aprovechó la oportunidad para arremeter contra Milei. “Les hablan de Elon Musk y no les entregan una puta computadora”, bramó desde un aula de la casa de altos estudios, que fue creada por ley en 2009 e inaugurada por ella misma en 2010.

Afuera de la interna del PJ, pero socio político tanto de Cristina Kirchner como de Kicillof, Sergio Massa decidió “mirar de lejos” el enfrentamiento en el kirchnerismo. “Ahora tienen que salir de ellos de este pantano”, deslizaron fuentes del Frente Renovador, el partido creado por el exministro de Economía en 2013. “Es unidad para ganar o es balcanización”, advirtieron desde el massismo. Se trata de una expresión extendida en el panperonismo, donde nadie sabe cómo seguirá la historia entre la expresidenta y el gobernador.

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