La diseñadora Sarah Greenwood y la decoradora Katie Spencer y sus referencias, de «Psicosis» a «Sweet Charity» y Studio 54.
De todas las referencias cinematográficas de éxito de taquilla, Barbie, de Greta Gerwig, es importante porque sirve como base fundamental para el viaje de Barbie (Margot Robbie) desde el feminismo de Barbie Land hasta el patriarcal «mundo real» de Century City, en Los Angeles.
Ese es el momento, por supuesto, cuando la Barbie Rarita (Kate McKinnon) le ofrece a la Barbie Estereotípica de Robbie la opción de mantener el statu quo con el tacón rosa o dar un volantazo y escapar al mundo real en un Birkenstock para resolver su crisis existencial.
Para la diseñadora de producción Sarah Greenwood y la decoradora de escenarios Katie Spencer (quienes tienen seis nominaciones al Oscar entre ellas), Barbie Land era un territorio desconocido. Pero fue instructivo tener el contraste entre Barbie Land y L.A. en el guion escrito por la propia Gerwig y por su pareja, el realizador Noah Baumbach.
“No es que sea real, pero L.A. era un hecho”, dijo Greenwood a IndieWire. “Aunque somos extranjeros británicos, lo entendimos. Así que parecía que al menos teníamos algo a lo que agarrarnos, porque no teníamos idea de qué iba a ser Barbie Land”.
Ni blanco ni negro en Barbie Land
Greenwood y Spencer estaban en cero en cuanto a Barbie y encontraron la experiencia de diseñar Barbie Land «un poco de un modo surrealista». Comenzaron con una representación de las típicas casas de juegos de Barbie Dreamhouse, ésas que tienen el telón de fondo modernista de Palm Springs de mediados del siglo pasado.
Después de que Ken (Ryan Gosling) regresa a Barbie Land y lo rehace en su interpretación patriarcal del mundo real, el diseño se llena de blanco y negro, especialmente para su cambio de imagen Mojo Dojo Casa House. Greenwood y Spencer también disfrutaron de este cambio.
“Las reglas de Barbie Land eran ni negro, ni blanco, nada del mundo real”, dijo Greenwood. “Cuando le preguntamos a Greta si podíamos hacerlo realmente feo, ella dijo: ‘Absolutamente, adelante’”.
También hubo oportunidades para embellecer los escenarios de las piezas musicales, especialmente la fiesta de baile de Barbie. “Esa fue una mezcla de todo”, dijo Spencer a IndieWire. “Es disco, es un poco de Studio 54, un poco de Sweet Charity, tiene destellos. Es el amor de Greta por Barbie. Tenía muchas Barbies, pero su época favorita era la década de los ’80. Es interesante: no comen ni beben, así que todo lo que pueden hacer es bailar o verlos bailar y ser felices”.
Por el contrario, la casa extravagante de Barbie Rarita es un diseño infantil de bloques y triángulos, en parte inspirado en la espeluznante casa de Boo Radley en Matar un ruiseñor y la icónica casa de la Psicosis de Alfred Hitchcock. “Es la casa en el vecindario a la que no vas, como la casa de Boo Radley”, dijo Greenwood.
“Da miedo, pero no da miedo en absoluto, como Barbie Rarita, que se encarga de todas las Barbies rotas y descatalogadas. Al igual que la casa Psicosis, está en la cima de la colina. Entonces, también es una especie de bastardización leve de eso con el techo”.
El diseño final similar a un parque temático se inspiró, en realidad, en una fotografía suburbana no identificada, mientras que el estilo arquitectónico de Barbie’s Dreamhouse fue una influencia del Kaufmann Palm Springs Desert House, del famoso arquitecto Richard Neutra.
Greenwood contó que «teníamos llamadas de Zoom dos veces por semana con Greta. Eran conversaciones muy filosóficas e intelectuales sobre la naturaleza de las muñecas y lo que es ser una muñeca».
“No tenés idea de si estas casas de muñecas estarán unidas de alguna manera o cómo van a actuar», agregó Greenwood. “Greta explicó muy bien cómo las muñecas iban a ser muñecas y cómo era estar en esta tierra de juguetes, que es este mundo herméticamente sellado donde no hay elementos, no hay viento, lluvia, fuego, electricidad o agua”.
POS