SOCIEDAD
El impacto emocional de los mensajes sin respuesta y cómo gestionarlo desde una mirada profesional.
En la era de la hiperconectividad, dejar un mensaje en “visto” se ha convertido en uno de los gestos más comunes —y también más polémicos— de la comunicación digital.
Aunque pueda parecer una acción menor, muchas personas se sienten afectadas emocionalmente cuando alguien lee su mensaje y no responde.
¿Qué hay detrás de este comportamiento? ¿Por qué duele tanto el silencio digital? Y sobre todo: ¿cómo interpretarlo sin caer en suposiciones erróneas?
Qué significa que una persona te deje en visto según la psicología
Los expertos coinciden en que no existe un único motivo detrás de este comportamiento. Puede deberse a la falta de tiempo, distracciones cotidianas, olvidos, no saber cómo responder o incluso a la decisión consciente de no contestar.
La comunicación digital suele ser asincrónica, lo que significa que no siempre ocurre en tiempo real y puede generar malentendidos o percepciones equivocadas en las relaciones interpersonales.
¿Por qué incomoda quedar “en visto”?
Recibir un visto sin respuesta puede despertar incomodidad porque activa una necesidad humana básica: la de ser reconocidos y conectarnos con los demás.
En este sentido, el visto funciona como una señal no verbal que muchas veces es interpretada como rechazo, indiferencia o desinterés.
| La Derecha Diario
Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería han transformado la forma en que interactuamos, generando expectativas inmediatas de respuesta.
Por eso, cuando un mensaje no recibe contestación, puede sentirse como una forma de exclusión social.
Este fenómeno explica la ansiedad y el malestar que muchas personas experimentan en estas situaciones.
¿Es válido sentirse mal?
La respuesta es clara: sí. Las emociones, por más incómodas que sean, son válidas y tienen una función.
El malestar que genera el “visto” puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestras expectativas, nuestra forma de vincularnos y lo que esperamos del otro.
Las especialistas ofrecen una serie de recomendaciones prácticas para no quedar atrapados emocionalmente por una respuesta que no llega:
- Validá tus emociones. Reconocé lo que sentís sin juzgarte. Estar dolido o confundido no te hace débil, te hace humano.
- Reflexioná objetivamente. Preguntate: “¿Estoy interpretando esto desde los hechos o desde mi inseguridad?” Considerá que puede haber muchas explicaciones posibles.
- Revisá tus expectativas. No todas las personas tienen la misma disponibilidad emocional o digital. Una relación sana no se basa en la inmediatez.
- Practicá la empatía y la comunicación clara. A veces, hablar sinceramente sobre cómo te sentís puede evitar malentendidos futuros.
- Separá tu valor de la respuesta ajena. Recordá que tu autoestima no depende del tiempo de respuesta de los demás.
- Desconectate emocionalmente del estímulo digital. Las redes son una herramienta, no un termómetro de afecto.
- Fortalecé vínculos reales. Cultivar relaciones presenciales reduce la necesidad de validación virtual.
- Establecé límites sanos con el celular y las redes. Controlar el tiempo de exposición puede ayudar a evitar ansiedad y pensamientos repetitivos.
- Realizá actividades fuera del entorno digital. Pasear, hacer ejercicio o simplemente compartir con seres queridos contribuye al equilibrio emocional.
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