El mismo día, pero hace 21 años, el básquet y el fútbol lograban enorgullecer al país tras su actuación en los Juegos Olímpicos.
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Argentina vivió una jornada inolvidable en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
El 28 de agosto de 2004, Argentina vivió un día histórico en el deporte. En los Juegos Olímpicos de Atenas, el fútbol y el básquet lograron medallas de oro. Dos equipos brillantes llevaron al país a la gloria, marcando un hito que aún resuena en la memoria colectiva del pueblo.
La Selección de fútbol y la Generación Dorada de básquet brillaron con talento y garra. Sus victorias en un mismo día elevaron el orgullo nacional. Ese momento mostró cómo la pasión argentina conquistó el mundo con juego, corazón y una entrega sin igual.
TEVEZ MANU
De la mano de Bielsa y con un Tévez figura: el oro de la Selección Argentina de Fútbol en Atenas
La Selección sub-23, dirigida por Marcelo Bielsa, dominó Atenas 2004 con un plantel estelar que incluyó a Javier Mascherano, Gabriel Heinze y Lucho González como mayores, pero tenía como figura a Tévez. El equipo venció 6-0 a Serbia y Montenegro, 2-0 a Túnez y 1-0 a Australia, liderando su grupo sin recibir goles.
En cuartos de final, el equipo aplastó 4-0 a Costa Rica, y en semifinales venció 3-0 a Italia. El Apache destacó con un gol clave en cada partido, mostrando su potencia en el ataque. La Selección mantuvo su arco invicto, con Germán Lux sólido como arquero.
El 28 de agosto, Carlos Tévez marcó el gol del triunfo 1-0 ante Paraguay en la final. Carlitos, goleador de los Juegos Olímpicos con 8 tantos, llevó a Argentina al primer oro olímpico del fútbol, un logro histórico tras 52 años sin títulos.
Horas más tarde: la Generación Dorada de básquet brilló en los Juegos Olímpicos
La Generación Dorada arrancó Atenas 2004 con un agónico 83-82 ante Serbia y Montenegro, con un doble final de Emanuel Ginobili. Tras derrotas ante Italia y España, venció a China, Nueva Zelanda y Grecia, clasificando a cuartos con un juego colectivo sólido.
En cuartos, Argentina superó 69-64 a Grecia, con Walter Herrmann clave desde el banco. En semifinales, el equipo dio el batacazo al vencer 89-81 a Estados Unidos, con Manu anotando 29 puntos y liderando un triunfo que rompió la hegemonía del Dream Team en los Juegos Olímpicos.
El 28 de agosto, la Selección aplastó 84-69 a Italia en la final. Luis Scola, con 25 puntos y 11 rebotes, y el jugador de los Spurs brillaron bajo la dirección de Rubén Magnano. Ese oro, el primero del básquet argentino, marcó un legado imborrable.