El Correo Argentino avanza en la implementación de la Boleta Única de Papel y la organización del escrutinio provisorio para las próximas elecciones del 26 de octubre.
Para lograrlo, ya seleccionó a la española Indra como empresa encargada de realizar el recuento provisorio de votos el mismo día de las elecciones, a la que le pagará $ 21.169 millones, un 38% menos que en 2023, ya que esta vez no habrá un turno electoral que se hacía antes, al haberse eliminado las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Además este año será la primera vez que se utilice a nivel nacional el sistema de Boleta Única de Papel (BUP), que el Congreso estableció como mecanismo de votación, cuyo modelo definió la Cámara Nacional Electoral y que serán provistas por el gobierno nacional, a través del Correo Argentino.
Para implementar el uso de la BUP, el Correo Argentino abrió una licitación, a la cual se presentaron doce empresas.
El viernes pasado se abrieron los sobres técnicos de las ofertas para imprimir 44 millones de boletas, con seis modelos diferentes que se utilizarán el día de las elecciones nacionales.
Es que si bien se va a utilizar el mismo sistema en todo el país, hay provincias donde se votan diferentes categorías de cargos electivos. Además, las boletas tienen un tamaño pequeño, en los distritos donde se presentan menos de diez frentes electorales; un tamaño mediano, donde hay entre 10 y 20 frentes; y un tamaño grande, en los distritos con más de 20 ofertas partidarias.
El Correo estableció en la «licitación privada» para la impresión de las BUP que las empresas interesadas debían presentar sus propuestas para la «selección del proveedor que tendrá a su cargo la adquisición, procesamiento de archivos de imágenes e impresión con equipos de alta capacidad productiva y embalaje de las boletas única papel, en diferentes medidas, destinadas al desarrollo de las elecciones nacionales generales a realizarse el 26 de octubre del año 2025».
Una vez que se califiquen las propuestas técnicas de las empresas que ofertaron para imprimir las boletas, se abrirán los sobres con las propuestas económicas de aquellas que hayan obtenido por lo menos 70 puntos en su oferta técnica.
El Gobierno planea que haya varias empresas que se encarguen de imprimir las boletas, ya que «habrá poco tiempo para hacerlo. Tenemos tiempo entre el 18 de agosto, que es cuando vencen las impugnaciones de candidatos, y el 26 de septiembre, porque hay que tenerlas 30 días antes de la fecha de las elecciones», dijo a Clarín una fuente del Correo.
El día de las elecciones, en cada mesa electoral donde votan 350 electores, habrá un talonario de 368 boletas, que tendrá el presidente de mesa e irá otorgando una boleta a cada elector, con un sobrante para que puedan votar también las autoridades de mesa y el personal de seguridad.
«Se trata de boletas parecidas a las que usaron como Boleta Única Electrónica en la ciudad de Buenos Aires, en el sentido que tienen un gramaje superior a la anterior boleta sábana de papel, tendrán medidas de seguridad, estarán impresas a color y cada votante la introducirá doblada directamente en la urna», explicó una fuente del Correo a Clarín.
Y agregó: «En cuanto al sistema, es similar al que se usó en Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, donde en las elecciones provinciales votaron con Boleta Única de Papel. Las autoridades de cada mesa estarán dentro del aula, con el talonario de boletas. Y habrá un biombo, donde cada elector podrá marcar con una cruz a los candidatos que vaya a votar».
Es que antes cada frente electoral recibía fondos del Estado nacional para imprimir sus propias boletas, con el anterior sistema de boleta sábana, lo que generó un gigantesco negocio público para algunas pequeñas agrupaciones partidarias, ya que le daban a cada frente electoral el dinero para que imprima una boleta por cada elector registrado en el distrito en el que iba a participar, pero algunos frentes imprimían menos boletas y se quedaban con el dinero que les daba el Estado.
El servicio de la empresa española
Indra, la compañía con sede en España, había tenido el monopolio del servicio del escrutinio provisorio en la Argentina, desde 1997, cuando ganó la primera licitación. Pero en las elecciones de 2019 perdió el control del escrutinio a manos de Smartmatic.
En el final del gobierno de Mauricio Macri, ganó la licitación la empresa que fue originada en la Venezuela chavista y que luego se expandió a nivel regional. Pero luego Indra recuperó la provisión de este servicio, en las elecciones de 2021 y 2023, aunque Smartmatic siguió proveyendo la digitalización de actas desde las escuelas hacia los centros de votación.
En la última «licitación privada por invitación», que el Correo adjudicó a fines de mayo pasado, el Gobierno decidió unificar ambos servicios y que los preste la misma empresa, resultando desplazada Smartmatic de la digitalización de actas. Y lo ganó Indra, que ofertó realizar todo por $21.169 millones.
Esta vez, se estableció que «el proveedor tendrá a su cargo la prestación del servicio de digitalización, transmisión, digitación, procesamiento de telegramas de mesa y publicación de resultados para el recuento provisional de las elecciones legislativas nacionales de 2025», según el pliego al que accedió Clarín.