Jugó en Boca y River, pero la depresión llegó a su vida y se tuvo que reinventar lejos del verde césped.
En la historia del fútbol argentino, muy pocos fueron los jugadores que se animaron a defender tanto la camiseta de River como la de Boca. Entre esos nombres selectos figuran Oscar Ruggeri, Claudio Caniggia, Jonatan Maidana y Fernando Gamboa.
Gamboa, además, dejó su huella en Newell’s Old Boys y formó parte de la Selección Argentina. Sin embargo, fuera de las canchas enfrentó su mayor desafío: la lucha contra la depresión, una batalla silenciosa que marcó el final de su carrera como jugador y lo obligó a reinventarse lejos del verde césped.
Fernando Gamboa y su paso por el fútbol
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Como DT, Gamboa estuvo sentado en el banco de Newell´s, Chacarita y Sport Boys de Perú, entre otros equipos.
Gamboa dio sus primeros pasos como futbolista en el Club Arteaguense de Santa Fe, pero su destino cambió cuando llegó a Rosario. Allí fue descubierto por Jorge Griffa, quien lo llevó a las divisiones juveniles de la «Lepra», club con que le abrió las puertas de la élite.
Debutó en la máxima categoría en 1992 y rápidamente se consolidó como una de las piezas clave de la defensa. Ese mismo año, gritó campeón del torneo local y, además, disputó la final de la Copa Libertadores. Por este motivo, su nivel llamó la atención de River, equipo al que llegó en 1993.
Poco tiempo después sorprendió cruzar de vereda para jugar en el «Xeneize», donde tuvo el privilegio de compartir vestuario con Diego Maradona. Sin embargo, a su maratónica e indescifrable carrera le quedaba un sueño: jugar en Europa.
Esto lo logró meses después de arribar a Boca, cuando fue transferido al Real Oviedo de España. Tras unos años en el viejo continente, volvió a Argentina para jugar nuevamente a Newell’s y luego a Chacarita. Gamboa le puso punto final a su carrera en Chile, más precisamente en Colo-Colo.
Su vida después del retiro
Tras retirarse en el 2001, se convirtió en director técnico y tuvo el privilegio de dirigir a su gran amor: Newell’s. Además, también fue DT de Chacarita y Colón. Aunque cuando menos lo esperaba, tuvo complicaciones emocionales que lo hundieron en una profunda depresión de la que salió con la ayuda de su familia y especialistas.
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