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miércoles, 25 junio, 2025
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Las secuelas que dejó el film Tiburón en el niño más pequeño del elenco: No volví al agua

Jay Mello tenía apenas 6 años cuando el destino lo puso frente a uno de los mayores íconos del cine de terror: un tiburón blanco de más de siete metros de largo. Muchos espectadores recuerdan las escenas sangrientas de Tiburón (1975) y, coincidiendo con el 50° aniversario de la película, uno de sus protagonistas más jóvenes recordó cómo aquella experiencia lo alejó del agua durante años.

En una entrevista con la revista People, el actor que interpretó a Sean Brody, el hijo menor del jefe de policía Martin Brody (Roy Scheider), reveló que el rodaje lo marcó profundamente. “Recuerdo la primera vez que lo vi”, contó Mello sobre su encuentro con uno de los tiburones animatrónicos utilizados en el set.

A 50 años del estreno de Tiburón, un film que marcó un antes y un después en la historia del cine modernoPeacock/Universal Pictures

Y detalló: “Era solo la cabeza del tiburón. Le pregunté a Shari Rhodes, la directora de casting, dónde estaba el resto”. A esa edad, no entendía del todo la magia del cine ni que aquellos artefactos mecánicos no fuesen monstruos reales.

El diseñador de producción Joe Alves, quien trabajó con biólogos marinos para que la recreación de los tiburones, explicó que hubo tres versiones del depredador: uno que se movía de izquierda a derecha, otro en sentido contrario, y uno montado en una grúa. Alves se inspiró en un tiburón de 3,65 metros, pero lo duplicó para crear a la temible criatura de 7,65 metros que aterrorizaba Amity Island, el balneario donde transcurría la historia en la ficción.

Sobre los efectos de aquella vivencia de rodaje, Mello afirmó hoy: “No volví al agua hasta dos años después de que se hizo la película”. El miedo fue tan intenso que sus padres tuvieron que cubrirle los ojos en las escenas más impactantes. “Fue extraño verme después en la pantalla”, admite. “No pude ver la película completa porque mi mamá y mi papá me tapaban los ojos”.

Dirigida por Steven Spielberg, Tiburón se estrenó en 1975

Una de las escenas que más lo perturbó y que no pudo ver hasta años más tarde muestra el momento en que se descubre la cabeza desgarrada por el animal de un pescador dentro de un bote. “Eso me marcó un poco hasta hoy”, apuntó entre risas.

En cuanto a la forma en que logró hacerse con el papel en la película, el actor contó a la revista que fue su mamá quien lo llevó a un casting abierto en Martha’s Vineyard, donde vivía la familia, con la intención de que audicionaran sus hermanos mayores, pero fue Jay quien terminó robándose el protagonismo.

“Tenía la costumbre de copiar a la gente”, recuerda. “Así que cuando Steven Spielberg los entrevistaba, yo lo imitaba mientras él daba las instrucciones”. El director quedó tan encantado con el pequeño imitador que decidió sumarlo al proyecto. “Al terminar la entrevista, dijo: ‘Ustedes pueden irse, ya terminamos, pero los más chicos se pueden quedar’”.

Aquel casting improvisado cambió el rumbo de la vida del pequeño, quien participó del rodaje que se llevó a cabo en 1974 en la isla de Martha’s Vineyard y llegó a formar parte de un fenómeno cultural que resultó un éxito de taquilla en la industria del cine.

Jay Mello formó parte del elenco de la película junto a Roy Scheider

Si bien Mello abandonó la actuación poco después, su personaje continuó dentro de la franquicia. Sean Brody reaparece en las secuelas, interpretado por otros actores, hasta su trágico final en Tiburón: La Venganza (1987), donde muere siendo víctima del ataque de un tiburón.

El actor, por su parte, optó por el anonimato, aunque hoy, cinco décadas después, revivió aquella experiencia con una mezcla de nostalgia y humor. Aunque logró superar el miedo al agua, su vivencia como el niño más pequeño en una de las películas más icónicas de todos los tiempos sigue siendo para él un recuerdo imborrable. “Fue una experiencia increíble, pero también aterradora”, concluye.

Para la creación de la película, Spielberg se inspiró en una historia real que finalmente decidió llevar a la pantalla. En el verano de 1926, frente a la costa de Nueva Jersey, un joven tiburón de 2,7 metros nadaba mar adentro sin saber que, por un breve período, iba a desviar la atención mediática de los Estados Unidos incluso de la reciente Primera Guerra Mundial. Esa criatura marina acabaría dejando una huella inmensa en la cultura popular al convertirse décadas más tarde en la inspiración del film dirigido por el célebre director.


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