Pese a la desaceleración de la inflación, la recuperación del poder adquisitivo sigue incompleta y con fuertes diferencias entre sectores.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista, Aldo Abram, quien comentó que, “lo que todavía no logramos es recuperar los niveles anteriores de salarios”, al evaluar la situación económica de los hogares argentinos. Según el economista, el punto más bajo del poder de compra se registró en el segundo trimestre de 2023, y desde entonces comenzó una lenta y progresiva mejora, aunque con claros matices.
“Los primeros que empezaron a mejorarlo fueron los sectores que tenían empleos registrados, formales, en relación de dependencia con paritarias”, explicó. Estos trabajadores del sector privado lograron, en algunos casos, ganarle a la inflación en un contexto de desaceleración de precios.
No obstante, “la recuperación todavía no abarca a todos los sectores”, remarcó Abram. Los empleados informales también han mostrado avances, aunque desde niveles muy bajos, y el impacto sigue siendo dispar según el rubro.
¿Ganó el salario a la inflación?
Consultado sobre si la mayoría de los trabajadores logró mejorar su situación, Abram respondió que “desde el piso del segundo trimestre del año pasado, sí”, aunque aclaró que eso no significa una vuelta al poder adquisitivo de principios de 2023. “La caída fue muy fuerte, y todavía estamos por debajo de ese nivel”, puntualizó.
En otras palabras, aunque los salarios empiezan a avanzar frente a la inflación, el proceso de recuperación es lento y no universal.
Inflación: leve suba esperada en junio
Sobre la evolución de los precios, Abram anticipó que la inflación de junio podría ser apenas más alta que la de mayo, por razones estacionales. “Estamos esperando que sea unas décimas más alta que la de mayo”, dijo, al tiempo que explicó que junio suele ser un mes bajo, pero este año se verá afectado por un factor correctivo.
“En mayo tuviste muchos productos bajando de precio, y eso fue por un hecho muy coyuntural”, detalló. En marzo, muchos empresarios ajustaron sus precios ante la expectativa de una fuerte devaluación, que nunca ocurrió, y en mayo debieron corregirlos. Esa baja, que se reflejó incluso en la canasta básica alimentaria, no se repetirá en junio.
El impacto de las expectativas cambiarias
Uno de los factores que distorsionaron los precios fue la especulación con el dólar. “Muchos empresarios subieron sus precios para cubrirse porque se hablaba de una suba del dólar del 30 al 40%”, recordó Abram. La ausencia de ese ajuste llevó a una baja puntual en algunos productos, que influyó en el índice de mayo.
Según sus estimaciones preliminares, “vamos a tenernos en 1,7% de inflación según las mediciones que tenemos hasta ahora”, aunque aclaró que aún falta una semana para cerrar el mes. En todo caso, se trata de una cifra moderada, que continúa consolidando la tendencia a la baja.