Los seres humanos llevamos en nuestro interior ciertas ideas que hemos heredado de la familia y la cultura. Se trata de “maneras de pensar” que hemos desarrollado, de “creencias” que hemos adoptado como verdades. Lo cierto es que muchas de estas ideas son negativas y nos terminan limitando. No nos permiten avanzar y alcanzar nuestra mejor versión.
Estas son algunas de las más comunes:
Necesitar ayuda cuando estamos mal no nos hace personas incapaces de solucionar un problema. Una autoestima sana sabe pedir lo que necesita a tiempo porque es consciente de que lo importante no es nunca tener inconvenientes, sino ser capaz de enfrentarlos y superarlos.
Algunos cargan con la responsabilidad de lo que les sucede a sus seres queridos. Pero la culpa jamás resuelve nada. Una autoestima sana no carga con nada que no le pertenece y es libre de las voces ajenas.
Y otros creen que quienes los rodean tienen la obligación de ayudarlos cada vez que no están bien, incluso sin que se lo pidan. Tienen la idea de que los demás deben adivinar sus necesidades.
Una autoestima sana, si bien acepta ayuda cuando en verdad la necesita, sabe que todo lo que uno necesita se encuentra en su interior. Es fundamental reconocer y desterrar de nuestra mente estas mentiras que hemos aceptado como ideas verdaderas. “¿Y cómo hago eso?”, tal vez preguntes. Podés comenzar con rebelarte con todo aquello que no funciona en tu vida. ¡No lo sigas permitiendo! Porque:
Aquello que uno cree como verdad o como mentira determina la calidad de su vida.
Si, por ejemplo, te enseñaron que es muy difícil alcanzar tus sueños, cuestioná esa creencia y oponele una verdad transformadora: “Yo tengo dentro de mí el potencial para alcanzar todos mis sueños”.
Aunque no siempre sea posible cambiar las circunstancias que nos rodean, lo que sí podemos cambiar, si nos lo proponemos, es nuestro sistema de creencias. Por eso, te animo a alimentar cada día en tu mente verdades que te fortalezcan, te transformen y sanen tu autoestima. Con el tiempo, esta forma de funcionar se convertirá en un estilo de vida y producirá un cambio profundo en cada área. La verdad no solo nos transforma por dentro y por fuera, sino que además nos hace completamente libres.
¿Sabés cuál es tu verdad? ¡Atrevete a soltar todas las creencias equivocadas!