La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, más conocida como EPOC, es una afección progresiva. De a poco, hace que respirar cada vez sea más difícil.
Principalmente, pero no únicamente, es causada por el tabaquismo, y si se la describe mecánicamente, es una limitación del flujo aéreo persistente, lo que genera tos crónica y producción de moco.
Pero, además, el EPOC tiene como característica que la define la posibilidad de exacerbar, que es cuando empeoran los síntomas habituales, y marcan el pronóstico y la gravedad de la enfermedad.
Se acaba de autorizar en Argentina el primer anticuerpo monoclonal biológico para el tratamiento de esos pacientes con EPOC que no logan controlar la enfermedad con el tratamiento clásico. Ya estaba aprobado para tratar otras enfermedades en las que interviene el mismo proceso inflamatorio, como el asma o la dermatitis atópica.
¿Qué ventajas tiene que el tratamiento para EPOC sea con un anticuerpo monoclonal biológico, a diferencia de lo que había hasta ahora?
«El estándar de tratamiento para pacientes con EPOC exacerbadores hoy en día es la triple terapia inhalada, es decir, una combinación de dos broncodilatadores, más un corticoide inhalado. Sin embargo, aún con este tratamiento hay cierto porcentaje de pacientes que continúan exacerbando», explica a Clarín Diego Litewka, neumonólogo y jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Fernández.
A quienes están en ese grupo se los llama «exarcerbadores frecuentes».
«Si tienen un perfil inflamatorio de tipo 2 -que genera más complicaciones- y no logran controlar su condición con dosis máximas de la terapia estándar, son candidatos a recibir tratamiento biológico, en este caso en el país, dupilumab. No contábamos con más herramientas. Después de más de una década sin novedades, la llegada de nuevas opciones nos abre un panorama diferente y esperanzador», sigue el médico.
Un anticuerpo monoclonal biológico es una proteína creada en en laboratorio que está diseñada para unirse a un objetivo específico en el cuerpo, como una célula o una proteína, para tratar enfermedades puntuales.
El dupilumab aplicado a este grupo de pacientes con EPOC, tiene el objetivo específico de reducir la cantidad de exacerbaciones. Actúa inhibiendo las interleuquinas 4 y 13, dos proteínas que cumplen un rol protagónico en el proceso inflamatorio.
«Está dirigido al receptor de interleuquina 4, al cual bloquea, inhibiendo así la acción de IL 4 e IL13. Esta última interleuquina se une al mismo receptor de IL4», marca Litewka.
Los ensayos clínicos (BOREAS y NOTUS) muestran que aquellos pacientes que reciben dupilumab como tratamiento de mantenimiento tienen entre un 30% y 34% menos de exacerbaciones moderadas y graves.
“Conocíamos los beneficios de esta medicación en el asma con inflamación de tipo 2, pero para la EPOC representa una opción innovadora que ha demostrado reducir las exacerbaciones en casos de EPOC no controlada, además de mejorar la función pulmonar y la calidad de vida”, explica el neumonólogo Gabriel García, director del Centro en Investigaciones Respiratorias de La Plata CEPIR y expresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratorio (AAMR).
Detectar tempranamente la EPOC y tratarla en forma adecuada, dice García, «muchas veces permite lograr rápidamente un mejor control y prevenir el deterioro respiratorio de los pacientes”.
La EPOC representa una de las principales causas de hospitalización y muerte a nivel mundial. Se calcula que afecta a más de 2 millones de argentinos mayores de 40 años, y su prevalencia crece con la edad.
“Si una persona tiene más de 40 años, tos frecuente, fuma, siente falta de aire y/o se agita al caminar, es posible que tenga EPOC”, advierte Litewka.
En una encuesta realizada a casi 15 mil personas de 14 países, incluida la Argentina, el 45% de los participantes desconocía que la EPOC es una enfermedad pulmonar, y en nuestro país se calcula que 7 de cada 10 pacientes no están diagnosticados.
«Su diagnóstico puede sospecharse conversando con el paciente durante la consulta médica y puede confirmarse mediante una espirometría; un estudio de baja complejidad, económico y no invasivo que se puede realizar en el mismo consultorio y que consiste en soplar en forma sostenida a través de una boquilla», cierra.
PS