El Gobierno derogó el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), que establecía requerimientos de información previos a la concreción de una operación de importación. Es un paso más en el camino de la apertura comercial, que se viene dando desde el inicio de la actual gestión y que se manifiesta en el avance de las importaciones, particularmente las de bienes de consumo, a pesar del contexto de un mercado interno que no termina de recomponerse. En este fenómeno también tiene incidencia el proceso de apreciación cambiaria, que «abarata» a las importaciones.
Desde las entidades vinculadas al comercio exterior celebran la medida, mencionando que se termina un sistema de control de carácter discrecional que atentaba contra la previsibilidad de los negocios. Los industriales pymes, muchas veces protegidos por este tipo de regulaciones paraarancelarias, advierten que sigue avanzando un combo anti-industrial de facilidades de importación, dólar barato y achicamiento de mercado.
El control
«El SEDI tuvo como objetivo principal obtener información anticipada sobre las operaciones de importación y contemplaba el análisis y seguimiento de datos estadísticos. En ese sentido, se determinó que ya no resulta necesario recabar información anticipada para fines estadísticos«, detalla la norma oficial.
El SEDI fue el último eslabón de una serie de programas de análisis previo de la información vinculada a las importaciones. El primero fue el de Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), puesto en marcha en 2012. En ese momento, la mayor estrechez que se empezaba a percibir en materia de divisas motivó este esquema de control sobre las operaciones, que también servía como estímulo para la producción local, al controlar el ingreso de la competencia importada.
En 2015, las DJAI fueron impugnadas por la Organización Mundial de Comercio y dadas de baja. Al inicio de la gestión Cambiemos, fueron reemplazas por el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), que incluía distintos tipos de licencias automáticas (LA) y no automáticas de importación (LNA) a través de las cuales se solicitaba información al importador para definir si luego la operación avanzaba o no.
En 2022, el esquema fue renovado por el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que apuntaba a «aumentar el control y mejorar los plazos de pago para las pymes». En ese momento, el gobierno de Fernández informaba que «los productos que están bajo LNA ahora alcanzan al 41% del nomenclador».
La desregulación
Apenas asumió el gobierno de Milei, el SIRA fue reemplazado por el SEDI, como parte del programa de desregulación del comercio exterior. En ese momento, se eliminaron las LNA, que durante años fueron dique de protección para parte de la industria local y motivo de quejas de los importadores industriales y de bienes finales. En los hechos, las menores trabas a las importaciones rigen desde el año pasado, lo cual se verifica en las estadísticas de compras al exterior de bienes de consumo y el aumento en la participación de mercado de algunos de estos bienes en determinados sectores.
«La eliminación del SEDI es un paso burocrático adicional, el último vestigio de un sistema discrecional de control que quedaba en manos del funcionario de turno y que siempre fue utilizado como un grifo para la salida de divisas», considera Fernando Furci, gerente general de la Cámara de Importadores de la Argentina.
Desde la consultora Lojo, de comercio exterior y finanzas, señalan lo siguiente: «El shock se adueñó del sector a la espera de cómo se continuaría. ¿Por qué? Porque hace más de 13 años que se debe cargar una declaración jurada previa a las importaciones. En 2012 se instauraron las DJAI. Antes de eso se habían establecido las Licencias Automáticas y No automáticas. Nadie se imaginaba después de más de una década que podría importarse sin hacer este paso. Pero pareciera que ese es el camino», aclarando que ya «no es necesario continuar haciendo presentaciones previas. Como impacto podríamos mencionar la reducción de tiempos y por ende, costos».
Para Horacio Moschetto, secretario de la Cámara de Industria del Calzado, «esto viene en línea con el resto de las medidas que se aplican desde el Gobierno que van hacia la facilitación de trámites para la importación de productos. La información previa de importaciones servía para corroborar orígenes y precios, eso junto con la eliminación de la declaración jurada de composición de producto y el control de etiquetado en Aduana, es la línea de lo que está sucediendo. En sí, esta medida no causa mayor impacto, es un paso más. Las importaciones siguen creciendo y la producción nacional sigue cayendo. El sector está en alerta porque no frena la pérdida de puestos de trabajo».