Una terraza y un último show: se cumplen 56 años del Concierto de la Azotea de The Beatles

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En la calle Savile Row comienzan a detenerse algunos ciudadanos británicos; primero son pocos, pero luego comienzan a amontonarse. Todos dan cuenta de que la música que están escuchando proviene de una terraza. De repente, cientos de personas se suben a sus azoteas, porque en la del edificio de Apple Corps. estaban los Beatles, tocando alguno de sus temas en la sencillez de la altura.

Hacía más de dos años que el grupo de Liverpool no se presentaba en vivo. Y para 1969, las rispideces habían florecido entre los integrantes; George Harrison había anunciado que se iba de la banda, John Lennon estaba adicto a las drogas, apegado a Yoko Ono y alejado de Paul McCartney, quien sostenía la banda a flote. Ringo Starr, por su parte, también estaba agotado de la relación entre los cuatro.

Entre la tensión de la banda y un documental por filmarse

Fue ese año en el que los Beatles estaban grabando Let It Be, su último disco, mientras se grababa un documental que llevaría el mismo nombre. La pieza audiovisual buscaba mostrar a los legendarios músicos explorar su faceta creativa. Sin embargo, se convirtió en un testimonio del resquebrajado vínculo entre los Fab Four.

Entonces fue ahí que surgió la idea de hacer un show, que al principio estaba en duda porque no querían atraer a las masas o la «beatlemanía». Además, algunos lugares que se habían barajado para presentarse fueron un anfiteatro romano en Túnez o las pirámides egipcias, aunque el grupo optó por la simpleza de subir tan solo cinco pisos por escalera.

Tocar al aire libre y sin público sonó divertido para los Beatles, que prepararon junto a los entonces ingenieros de sonido Alan Parsons y Glyn Johns el escenario y los equipos para lograr una acústica impecable.

Así fue que, a eso de las 12:30 del mediodía del 30 de enero de 1969, los Beatles hicieron el último show de su carrera: 42 minutos y ocho canciones; tres interpretaciones de Get Back, dos de Don’t Let Me Down, y una de One After 909, Dig to Pony y I’ve Got a Feeling. Se los podía ver desenfrenados e influenciados por la euforia de aquel acto prohibido. Tocaban con soltura, e incluso Paul mutaba las melodías con una improvisación exquisita. Además, contaron con la ayuda del legendario Billy Preston en el teclado.

Finalmente, arribó la policía, tanto a las calles como a la terraza de Apple Corps, y detuvieron el concierto. “Me gustaría decir gracias en nombre de la banda y espero que hayamos pasado la audición”, se despidió Lennon con ironía. El Concierto de la Azotea es uno de los más icónicos de la historia de la música.