El Gobierno concluyó este lunes las negociaciones cara a cara con la misión del Fondo Monetario Internacional que desembarcó la semana pasada en Buenos Aires. El equipo de Luis Caputo estuvo reunido con los técnicos enviados por el organismo durante la jornada para avanzar en un nuevo programa financiero que permita reforzar las reservas con hasta US$ 12.000 millones y levantar el cepo en 2025.
«Vienen bien las negociaciones», dijo un funcionario en los pasillos del Ministerio de Economía tras participar de las conversaciones con la comitiva encabezada por el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, Luis Cubeddu. La delegación arribó el miércoles y emprendió la retirada este lunes con la orden de trabajar «rápidamente» en un nuevo programa, como indicó la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, hace dos semanas.
Ahora, la expectativa está puesta en la conferencia que brindará este jueves la vocera del organismo, Julie Kozack, desde Washington. En diciembre, la funcionaria confirmó el pedido formal de la Argentina de un nuevo programa para refinanciar la deuda. El Fondo publicará ese día un comunicado con los detalles de las conversaciones que hasta ahora fueron mantenidos en un absoluto hermetismo, sin fotos ni partes de prensa.
El organismo frenó el año pasado el desembolso de US$ 1.000 millones correspondiente a las últimas dos revisiones del acuerdo firmado en 2022. Pero hace dos semanas, en vísperas de la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, Georgieva recibió a Milei en Washington y aceleró las tratativas con el envío de la misión que acaba de concluir, la primera desde la visita secreta de Cubeddu y Ashvin Ahuja en julio pasado, como informó Clarín.
El Gobierno se encamina a afrontar el próximo lunes el pago de US$ 640 millones de intereses al FMI que vencen el 1 de febrero, lo que reducirá las reservas del Banco Central. Según un informe reciente del JP Morgan, Argentina es el mayor deudor del FMI con casi US$ 43.000 millones y, pese al plan de ajuste aplicado por Javier Milei, las reservas siguen en mínimos en los últimos 10 años, lo que representa un «riesgo» para la economía.
En plenas negociaciones con el Fondo, el Gobierno avanzó en medidas para aliviar el frente cambiario -donde hay mayores tironeos con el organismo- y este lunes se publicó el decreto con la baja temporal de retenciones para los principales productos que exporta el campo. La medida, que busca anticipar exportaciones y acelerar la compra de reservas, será compensada con una mayor recaudación de IVA y Ganancias, informaron desde Economía.
Según la Fundación Capital, la eliminación del dólar blend «luce también más probable luego de la rebaja temporaria a los derechos de exportación sobre los principales granos, lo que podría ayudar a acercar posiciones con el FMI, a pesar de que contiene costo fiscal (rige para las DJVE hasta junio que implicaría un costo anual de 0,3% del PBI para el complejo sojero, maíz y trigo) y no implica más dólares para la caja».
El ministro de Economía decidió apuntalar el ingreso de divisas en medio del drenaje de dólares por turismo y el estancamiento de la reducción del riesgo país. El índice que mide el sobrecosto que paga Argentina para emitir deuda soberana descendió a un mínimo de 560 puntos a principios de enero, pero luego subió a cerca de 640 puntos tras el pago de bonos que vencieron el 9 de enero y la toma de ganancias por parte de los inversores.
Por otra parte, Caputo avanzó la semana pasada en el canje de deuda en pesos que tuvo una adhesión del 64% sobre el total de los vencimientos entre mayo y noviembre de 2025. La operación sirvió para despejar $14 billones de pagos. Otra señal que fue interpretada en la city como una acción orientada a brindar confianza respecto a la hoja de ruta para liberar el cepo, mediante la postergación de la «bola» de vencimientos en pesos.
Con la llegada de Trump al poder y el acercamiento de Milei al presidente de Estados Unidos, Wall Street ve mayores probabilidades de que Argentina obtenga financiamiento. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, negocia el cronograma, la cantidad de fondos frescos que podrían llegar y su volumen en la primera fase. El otro factor de incertidumbre es el régimen cambiario, dentro del cual se evalúan las bandas de flotación, entre otras opciones.
En este contexto, la calificadora de riesgo Moody’ elevó la semana pasada la calificación de riesgo de la deuda soberana argentina nominada en moneda extranjera desde Ca hasta Caa3, pero advirtió que todavía existen «riesgos importantes» vinculados a la capacidad de cubrir los próximos pagos de la deuda externa, la eliminación del cepo -que ya lleva más de cinco años- o shocks negativos que podrían provocar pérdidas importantes a los bonistas.