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lunes, 6 enero, 2025
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Quiénes ganan y quiénes pierden con la apertura comercial

A comienzos de la presente administración, la mayoría del ambiente empresarial, analistas, etc. estábamos expectantes respecto del nivel de “devaluación” que iba a llevar adelante el Gobierno.

No eran pocas las miradas a un dólar superando los $ 1.500 de aquel entonces en el mercado (MEP, CCL, etc.) y llegando quizás a $ 2.000. Allí, muchos fijaron precios, en una Argentina con una gimnasia devaluatoria constante: es un país que se acostumbró a fijar precios más por expectativa que por otra cosa.

Pero sucedió lo contrario. El valor de la divisa no sólo no subió sino que bajó, al punto de casi converger con el dólar oficial. De hecho, gran parte del mercado (no me animo a decir todo, pero por poco…) quedó en off-side con precios elevados en dólares, y con las variables atadas a la divisa estadounidense.

En efecto, se fijaron salarios pensando de aquella manera, y al darse la realidad que vivimos, hoy salarios atractivos en dólares no lo son en la misma manera pasados a pesos. Un fenómeno pocas veces visto: somos “ricos” en dólares y “pobres” en pesos (poder adquisitivo), dicho en tono referencial.

En este contexto, los precios son “altos” en dólares y muy poco competitivos con los valores de los artículos importados. De ahí, la oportunidad y la rápida reacción de muchos jugadores en adecuarse.

Por otra parte, existe una falta de competitividad “congénita” que deviene de una estructura logística pésima a nivel país, con comunicaciones caras, infraestructura muy mala, impuestos altísimos, y un peso del gasto público que a pesar de verse contenido (por suerte) sigue haciendo imposible “despegar” al sector privado. Este es el costo del populismo donde subsidiar era mágico…acá está el precio.

Los más perjudicados

¿A quiénes las facilidades de importar les afectará más? Si imaginamos una economía de un país como un automóvil, sus cuatro ruedas bien podrían ser agro, energía/minería, industria y servicios.

El agro está golpeado por la baja de los precios internacionales (la soja camino al 50% de su valor de hace poco más de un año), más la sequía por sectores del año pasado, sumado a alguna plaga en el maíz; los servicios comienzan a sentirse “caros en dólares” respecto de otros países emergentes; la industria luce como el sector más complicado sin dudas y con ella, las pymes, el comercio doméstico y casi todos los sectores que no dependen de algún rubro que excepcionalmente “anda bien”, como energía, por ejemplo.

Dentro de la industria, lo atinente a lo textil, artículos del hogar, calzados, juguetes, etc…. son rubros donde el marketplace o la importación puerta a puerta pueden golpearlos con velocidad y, dependiendo de la escala, con contundencia.

La gran pregunta es la ventana de tiempo que tiene el sector privado para acomodarse. Obviamente, una devaluación luce como una opción sencilla, y a la vez, mentirosa.

La Argentina tiene muy aceitado el mecanismo “devaluación-aumento de precios”, como no sucede en otros países vecinos, por ejempolo Chile y Brasil, que han devaluado hasta un 50% sin el consiguiente traslado a precios. En nuestro país, hay devaluación y aumenta hasta el agua, sin razón lógica.

Entonces, el camino es por la competitividad y va a demandar tiempo y una ayuda desde el sistema político, que asuma que se tiene que reducir y en forma muy significativa. El ritmo actual, que parece vertiginoso, necesita ser crecientemente geométrico en los cambios, y consecuentemente, bajar la carga tributaria.

Al ser la industria y las pymes los mayores empleadores de la economía, el panorama, si no se diera así, conllevará un mayor desempleo, menor recaudación impositiva y un círculo negativo vicioso en el que es mejor no entrar.

Para redondear, acceder a artículos importados a precios internacionales es, en principio, una buena noticia en el corto plazo. Pero de no mediar un planteo general del marco competitivo, puede derivar en un problema serio.

El que va a consumir, agradecido. Éste mismo, a la hora de trabajar, recibir su salario y tratar de cerrar las cuentas...eso se verá en el tiempo.

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