Hace 20 años que la Argentina tiene una herida abierta que no cerrará jamás. La corrupción y la negligencia se llevaron la vida de 194 pibes y pibas que fueron una noche a ver a su banda favorita. Desde el 30 de diciembre de 2004, algo cambió en toda una sociedad. Fin de año ya no es lo mismo desde aquella trágica fecha.
Una candela impactó en el techo de Cromañón, lugar donde Callejeros cerraba una trilogía de recitales despidiendo el año. La media sombra ubicada donde no debía se prendió fuego, esta desprendió un humo mortal y sumado a que las salidas de emergencias estaban bloqueadas con candado y que se cortó la luz y el lugar quedó a oscuras, el lugar se transformó en una trampa letal.
Dos décadas después, el país no olvida ni olvidará. Cristian Pereyra tampoco. El hoy preparador físico del fútsal de Arsenal de Sarandí es uno de los sobrevivientes de la masacre de Cromañón (no tragedia porque estas son evitables y Cromañón era evitable) y habló mano a mano con Olé para recordar aquella noche: “A mi el fútbol me salvó la vida”.
A 30 años de la masacre de Cromañón (Foto: Pablo Cuarterolo).
La noche del 30 en primera persona
“El 30 de diciembre del 2004, nosotros entramos temprano, hacía mucho calor. Ese día, nos revisaron todo. Yo entré en cuero y descalzo. Fue otra cosa. Después de ver a Ojos Locos (banda telonera aquella noche), fui con mis amigos hacia adelante. Antes del recital se tiraron bengalas, candelas y Omar Chabán dijo que dejemos de hacer eso porque nos íbamos a morir todos, que iba a pasar lo mismo que pasó en el shopping de Paraguay. Realmente no le di importancia. Yo sólo quería ver a Callejeros.
Una vez que arranca el show, a mitad de tema, vemos que el saxofonista señala para arriba. Me doy vuelta, miro y veo una chispa, pero no le di importancia. Después vuelve a señalar. Veo esa chispa pero se prende fuego por completo el techo. Ahí me agarró la desesperación de no saber qué hacer. Veo gente salir por el escenario. Salto la valla, quiero hacer pasar a mis amigos para donde estaba yo, no puedo, se separan de mí y salto al escenario. Estando ahí se apaga la luz y empiezo a tragar mucho humo y me desmayo. Fueron segundos. Hasta el día de hoy no sé cómo salí. Aparecí a la vuelta, en una dársena de colectivo a baldazos de agua fría.
Cuando me levanté, no entendía nada. Sólo quería tomar una gaseosa, algo dulce, tenía la boca muy seca. Me cruzo a un bar y pido algo para tomar. Ahí caí en lo que había pasado y salí corriendo. Me encuentro con un muchacho hincha de River que me preguntó si había avisado en mi casa. Le dije que no y él me prestó su celular para avisar en mi casa que estaba bien.
Después de esto, me encuentro con Maxi, uno de los amigos con los que fui esa noche. Él me entró a buscar un montón de veces hasta que no pudo más. Por suerte nos encontramos afuera. Él es uno de esos héroes anónimos que sacaron y sacaron gente. Terminamos en el Hospital Evita de Lanús porque CABA estaba colapsada, cuando Aníbal Ibarra, principal responsable político de Cromañón, dijo que la Capital estaba preparada para un hecho de esa magnitud. Quedé internado un día y volví a mi casa. El 31 cuando prendí la tele tome dimensión de todo lo que había pasado”.
Arsenal de Sarandí –
Cristian Pereyra, PF de Arsenal, vivió desde adentro Cromañón: «Sentimos la culpa de estar vivos. El fútbol me salvó la vida»
Entrevista con el preparador físico del futsal de Arsenal a 20 años de Cromañón.
¿Qué vino post Cromañón?
“Después de Cromañón mi sueño de ser profe quedó clavado. Por dos años no pude hacer actividad física porque mis pulmones funcionaban al 50%. Fueron tiempos terribles. Jugaba a la pelota todo el tiempo, eso no lo pude hacer más. Era ir a la cancha a ver a mis amigos jugar y ni siquiera poder ir al arco.
Ya en el 2007 me anoté en el profesorado. Trabajaba en una obra de construcción y no me encontraba. Veía pasar a los chicos con sus mochilas yendo al profesorado y eso fue lo que me motivó a anotarme. Arranqué de cero. No fui con la carga de ser sobreviviente. Fui como Cristian. Durante siete años estuve estudiando una carrera que dura cuatro. Empecé a jugar a la pelota de nuevo y conocí el futsal, que es gran parte de mi vida hoy. Volver a creer de nuevo en todo fue un momento bastante duro. Y tuve la posibilidad de recibirme.
En el 2010 el Padre Daniel Bossio, que siempre lo nombro y lo voy a hacer siempre porque es un ejemplo, me dijo: ‘Acá tenes dos pelotas y una canchita. Armá tu escuelita de fútbol y saca a los chicos de la calle’. Así nació la escuelita Atlético Progreso. Siempre que habló de esto me emociona. Ellos me mantuvieron vivo, muchos años estuvimos tristes, con esa culpa de estar vivos por sobrevivir a esa masacre. A ver, estamos sentados delante de los nombres de 194 pibes que no están y yo pude haber sido tranquilamente uno de ellos. Era muy difícil vivir con esa carga. La escuelita me dio un motivo para levantarme todos los días. Fue un plus para vivir.
Arsenal de Sarandí –
Cristian Pereyra, PF de Arsenal: «Lo de Cromañón es una herida que va a quedar para siempre. El deporte me da vida»
Entrevista con el preparador físico del futsal de Arsenal de Sarandí. Vivió Cromañón desde adentro.
Hoy soy preparador físico del fútsal de Arsenal de Sarandí. Pasé por Banfield, Tristán Suárez y San Telmo en fútbol 11. Y conocí el fútsal cuando arranqué a trabajar en el Country de Banfield. Después me tocó volver al Taladro y también estuve en Temperley, Platense y actualmente estoy con la familia de Arsenal. El club está haciendo las cosas bastante bien y en el 2025 seguiremos allí”.
Culpabilidades
“Cromañón fue una cadena de irresponsabilidades. Desde Aníbal Ibarra, que es el primer responsable político de la masacre, Omar Chabán y la banda. No los culpo pero digo que son responsables. Tienen responsabilidad porque nosotros los fuimos a ver a ellos. En ese momento no nos cuidaron. Puedo entender que ellos también perdieron familiares, puedo entender que han pasado por un momento sumamente malo, pero nunca nos cuidaron.
Y después de 20 años, nadie se acercó a preguntarnos si estábamos bien. Ni siquiera el gesto de venir a darte un abrazo. Pero sí tienen ese gesto con la gente que por ahí nació en el 2004 / 2005, que hoy tienen 20 años y son sus seguidores. A mí, Callejeros me dejó tirado. Siento que me han dejado tirado. Veo que Patricio Fontanet va y se saca una foto con el Papa, el representante más grande de la Iglesia Católica en el mundo, y ese tipo es responsable de lo que nos pasó a nosotros esa noche. Ellos van y dicen ‘esta es nuestra verdad’”.
Arsenal de Sarandí –
Cristian Pereyra, sobreviviente de Cromañón: «No los culpo, pero sí son responsables porque los fuimos a ver a ellos. A mí la banda me dejó tirado»
El preparador físico del futsal de Arsenal de Sarandí opinó sobre cómo se trató el caso en los últimos años y puntualizó su visión acerca de la responsabilidad de Aníbal Ibarra, Omar Chabán y Callejeros.
La herida de Cromañón, ¿cierra?
Es una herida que va a estar siempre abierta, pero que se va sanando de a poco, con el correr del tiempo. Los 30 y 31 no son lo mismo después de aquella noche. Después de 20 años le encontré un porqué a la vida. Tengo 38 años y un montón de objetivos en mi vida. El deporte me salvó la vida, mi escuela de fútbol me salvó la vida, el fútbol me salvó la vida, el fútsal me salvó la vida y es lo que me da vida hoy en día”.
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