Magny es el nombre de la empresa que integraron un grupo de socios provenientes del mundo de las motos: ejecutivos que llegaron desde fabricantes como La Emilia y Honda, y comercializadoras como Ducati y Benelli.
“Fundamos Magny hace tres años con el objetivo de enfocarnos en una marca india, que es TVS”, contó a Clarín Carlos Spangenberg, el CEO y principal accionista del grupo. “El año pasado comenzamos con la comercialización y este año fue el inicio de la producción en nuestra planta de Cardales”.
El predio, ubicado en el parque industrial del partido de Campana, demandó hasta el momento una inversión de casi 5 millones de dólares en las instalaciones y línea de ensamblado para las motos KTM y también para el ensamblado de las partes, en este caso importadas desde China, de una línea de motos de 110 de cilindrada.
Esas motos salieron a la venta la marca IKA, que se remonta al inicio de la industria automotriz en la Argentina. Se trata de la empresa de capitales estadounidenses y locales que en 1955 instaló la planta de Santa Isabel de Córdoba donde hoy están Renault y Nissan; la misma que, a mediados de los ’60, lanzó el Torino y que a partir de entonces comenzó a ser paulatinamente adquirida por Renault. Para cuando la compra de IKA por parte de Renault se completó a mediados de los años ’70, la marca original quedó fuera del mercado.
“Los memoriosos la tenemos presente, mi abuelo y mi padre tenían un Kaiser Carabela. Hace algunos años atrás, cuando yo estaba en el grupo La Emilia, vimos que esta marca había quedado vacante y decidimos rescatarla, con la intención de re posicionarla y relanzarla”, agregó Spangenberg.
La tercera marca es de una línea de motos de alta gama, la china Kove Moto, fundada en China en 2017, la cual el grupo comenzó a importar desde Lejano Oriente.
A diferencia de la industria automotriz, donde la integración con piezas provenientes de autopartistas nacionales o del Mercosur deben cumplir con un mínimo de 40% del vehículo, en la Ley del Motopartismo rige la modalidad IKD (“incompletely knocked down”), donde las piezas llegan en cajas con el “kit” listo para ser ensamblado. La gran mayoría de los modelos son de origen chino, seguidos por los que provienen de India y, en tercer lugar, desde Brasil.
Con ese formato, en la Argentina hoy prácticamente todas las motos que se venden son ensambladas en el país pero con piezas importadas en su casi totalidad, y en el caso de las motos de alta cilindrada los modelos ingresan completos. desde Asia.
«Ahora inauguramos una segunda línea de producción, que es bastante más grande que la primera. El proyecto completo es de 13 millones de dólares de inversión, de los cuales están ejecutados al momento algo más del 30%”, dijo Spangenberg.
Magny se sumó así a fines de este año al pelotón de empresas que producen motos con esta modalidad, si bien sus directivos conocen el sector desde hace décadas. “Yo estoy en el mercado de las motos desde 1992 y fui vicepresidente industrial de La Emilia” contó Spangenberg. «Ya vimos ciclos en el mercado donde llegamos a rozar las 800.000 unidades por año. Ahora vamos a cerrar 2024 con niveles similares a los del año pasado, cuando se patentaron 470.000 motos, o incluso algo superiores. Y esperamos un crecimiento del mercado del orden del 20% para el año próximo», agregó.
-El Gobierno les acaba de hacer más flexible la Ley de Motopartismo, respecto a la integración de piezas locales.
-La ley generó volúmenes crecientes desde su sanción y con la aspiración de llegar a una integración de piezas locales de 15% de la producción en su conjunto. Hoy eso se cumple con creces en la gama de 110 cc, donde hay un amplio desarrollo en la Argentina. Pero la ley exigía tener un contenido mínimo en toda la gama y eso produce ciertas des economías muy difíciles de compensar. Cuando comparamos una moto de 110 cc de arranque eléctrico contra una moto de alta gama con encendido electrónico, lo que vemos es que hay una brecha muy grande que lleva tiempo cumplir por el motopartismo local. Creemos que esta adecuación que se ha hecho ahora de ajustar el contenido mínimo al 5% es adecuado. Es como dar un paso atrás para luego dar dos pasos adelante.