El viento de cola sigue empujando a los activos argentinos. Aunque este miércoles el dólar contado con liquidación haya subido un leve 0,8% para terminar la rueda en $1.113,41, la brecha con el dólar oficial se mantiene por debajo del 10%, un nivel mínimo que no veía desde agosto de 2019.
El dólar MEP, en tanto, volvió a ceder y finalizó en $1.074,86. Así, el dólar bolsa se acerca rápidamente al tipo de cambio exportador, el famoso dólar blend que cerró este miércoles en torno a $1.021. En este nuevo contexto cambiario, el Banco Central extiende su compra de dólares y este miércoles finalizó con un saldo a favor de US$ 50 millones.
La pregunta del mercado es si la tendencia bajista del dólar financiero puede profundizarse de cara a fin de año. La brecha cambiaria ya se redujo casi en un 40% desde que empezó el mes: en el arranque de noviembre se ubicaba en torno al 16% y pese a la velocidad de la baja, en la City creen que aún hay margen para que descienda algunos escalones más.
En PPI señalaron: «La convergencia de ‘arriba hacia abajo’ es un hecho. Esto lucía poco probable el 4 de septiembre cuando el ministro Caputo lo mencionó en su cuenta de X como una de las once cosas que iba a estar potenciándose en los próximos meses. La razón detrás de esto es que, mirando los episodios de controles de capitales y su desmantelamiento, la convergencia suele ser a la inversa (de “abajo hacia arriba”) con un salto devaluatorio mediante».
¿Una brecha menor al 10% abre la puerta para una inminente unificación cambiaria?
En PPI creen que por más de que esto ocurra, la salida del cepo podría verse demorada. «Más allá de esto, insistimoss con que la brecha se perfile a “cero” no implica que se vaya a salirse del cepo cuando esto suceda. De ser así, el sector externo debería equilibrarse con este tipo de cambio real. Es un nivel muy apreciado, sólo comparable con momentos que fueron seguidos de fuertes saltos devaluatorios, como en diciembre 2015 y 2023″.
Por su parte, Milagros Gismondi, estratega de Cohen destacó que «aunque exista una unficacion «de facto», hay que tener en cuenta que las distorsiones que impone el cepo cambiario en una economía se mantienen. Salir o no del cepo no es una decisión menor a la hora de decidir traer inversiones a la economía real de Argentina». Para la economista la reducción de la brecha le da aire al Gobierno para seguir con su programa económico y no adelantar ninguna de las decisiones que el mercado espera: ya sea una reducción del ritmo de crawling peg, como adelantó Javier Milei la semana pasada o finalmente la salida de las restricciones cambiarias.
«Este tipo de cambio se mantiene porque en cierta medida los agentes están atrapados todavía en pesos«, apuntó Gismondi que destacó: «Se está dando un circulo virtuoso en la economía, donde los agentes confían en el que el tipo de cambio se mantendrá estable, con pendiente positiva, y donde en ese esquema, como hay confianza de que el dólar no se va a mover, cae la demanda en el mercado paralelo y aumenta la ganancia de elegir hacer tasas en pesos».
El mercado monitorea el ritmo de compras del Banco Central como una de las variables de mayor impacto en el frente cambiario. Mientras se sostenga la estrategia de carry trade, el organismo tiene aire para seguir haciéndose de dólares en el mercado. En lo que va del mes lleva comprados US$ 1.268 millones, que se suman a los US$ 1.628 millones que acumuló en octubre, una cifra récord para el último trimestre del año. Las reservas brutas del organismo treparon hasta los US$ 30.495 millones, el monto más alto de la era Milei. En lo que va de la semana, suben US$ 430 millones producto de estas compras del Central.
«Una brecha tan baja y un diferencial tasa-crawl positivo genera las condiciones para que la racha compradora del BCRA se extienda, ya que incentiva a hacer carry a exportadores (adelantan liquidación) y a importadores (postergan pagos). Asimismo, hay espacio para que el stock de préstamos crezca, lo que se traduciría en una mayor oferta en el mercado oficial», anticiparon en PPI.