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Un inspector admite que desconoce si toda la droga incautada en el barco Thoran era para Sito Miñanco

El inspector de la Brigada Central de Estupefacientes (UDYCO) que participó en labores de investigación para destapar la presunta actividad delictiva de la organización del narcotraficante gallego José Ramón Prado Bugallo, conocido como Sito Miñanco, ha admitido este miércoles en su declaración en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional (AN) que desconoce cuánta de la cocaína incautada en el abordaje del buque Thoran en octubre de 2017 iba para ese ‘narco’.

A preguntas tanto de la fiscal del caso como de las defensas ha explicado que antes de que se produjera ese abordaje empezaron a detectar «preparativos» en sus escuchas a los miembros de la organización.

«Indicaban, sin ningún género de duda, que (…) se iba a producir un transporte marítimo, seguro, porque los audios del día 22 y 23 de septiembre son aplastantes», ha recordado, para luego explicar que hablaban de la embarcación que zarparía para recoger la sustancia estupefaciente en altamar, y hacían menciones a cómo tenían que navegar –«de noche y a dos nudos, con los motores tapados»–.

«Fueron un montón de datos, señoría, y nosotros creemos que queda acreditado, que si no todo ese estupefaciente, parte de él era para José Ramón Prado Bugallo», ha aseverado.

Este matiz, realizado sobre las 3,3 toneladas de cocaína aprehendidas en el Thoran, ha servido para que una de las defensas de los encausados repreguntase si era cierto que desconocía «si todo o parte» era atribuible a los investigados.

El inspector, testigo protegido, ha explicado que los proveedores de droga «aprovechan un traslado de estupefaciente en un buque para meter partidas» distintas. La defensa ha preguntado entonces si era «perfectamente posible que fuera una parte más o menos pequeña y no fuera la totalidad» lo que iba destinado a la organización investigada, pero el inspector ha zanjado el asunto señalando que lo que podía asegurar es que «pequeña no era».

Tras esto, el presidente del tribunal ha ordenado cambiar de asunto para que el interrogatorio prosiguiera.

LA NAVE DE COLMENAR

Este miércoles también ha arrancado la testifical de otro de los inspectores –este de la zona de Madrid– que participó en el operativo policial y, a preguntas de la fiscal, ha ido desgranando detalles de cómo funcionaban los miembros de la organización, tanto en sus reuniones como en sus desplazamientos y uso de tapaderas.

Así, por ejemplo, ha detallado que de las primeras vigilancias que hicieron, allá por febrero de 2016, fue en una nave de Colmenar Viejo, y ha recordado que el núcleo de la organización –incluidos Sito y sus dos hombres de confianza (Enrique García Arango y Juan Antonio Fernández Fernández)– se juntaba allí los fines de semana con el objetivo de «dificultar aún más si cabe» las vigilancias de la Policía.

«Querían evitar cualquier tipo de control o vigilancia que se pueda realizar sobre la misma. Entendemos que puede ser una medida de seguridad conocer cualquier movimiento que se realice sobre el polígono», ha explicado.

TELÉFONOS DE MARROQUÍES Y UN PANADERO

Además, ha añadido que les llamó la atención que usaran terminales de telefonía cuyos titulares eran ciudadanos marroquíes que nada tenían que ver con la causa o con esos dispositivos en realidad.

Tras detallar quienes fueron los investigados por el operativo policial madrileño, ha aseverado que ninguno tenía actividad laboral. Ha añadido que cuando más tarde solicitaron la actividad laboral de los mismos a la Seguridad Social pudieron ver que Fernández Fernández trabajaba en Astilleros Facho –vinculado a la trama–, otro se dedicaba a la pesca de altura y el lugarteniente de Sito, García Arango, aparece como panadero. «Nunca lo vimos hacer pan», ha añadido.

Preguntado por determinadas reuniones, el inspector ha confirmado que Sito Miñanco y la cúpula de la organización «piramidal» –incluido el socio holandés Raymond Van Rij– mantuvo reuniones en el restaurante Puerta 57 del Estadio Santiago Bernabéu, lugar desde el que se divisa el terreno de juego madridista.

Además, se ha puesto sobre la mesa que en otra vigilancia de diciembre de 2016 pudieron observar como García Arango se desplazó a un centro comercial de Majadahonda, y en el lavadero del mismo se reunió con otro encausado (Puentes Saavedra) e hizo entrega a gente de algo, sin poder precisar qué concretamente.

COCHES LANZADERA Y CALETAS

A toda esta actividad, los dos inspectores que han declarado este miércoles han sumado una descripción pormenorizada de cómo eran los viajes de la organización en vehículos para transportar en huecos escondidos –caletas– dinero presuntamente procedente de la actividad del tráfico de droga.

En este sentido, ha detallado que en uno de los viajes incluso usaron dos vehículos para que uno fuera abriendo camino a modo de coche lanzadera por si detectaba algún problema poder dar aviso al segundo.

También han mencionado, a preguntas de la fiscal, que la organización también usó para sus reuniones –además de bares y restaurantes– un campo de tiro que era del también encausado Pedro González Rubio y que suponen que servía «como almacén de dinero».

REUNIÓN EN UN VIPS

En esta tercera sesión del juicio, una vez más ha salido a colación la presunta reunión que mantuvo gente de la organización con el abogado Gonzalo Boye –también letrado de Carles Puigdemont–.

El inspector de Madrid ha detallado que esa reunión tuvo lugar en el Vips de la calle Orense y que a la misma asistieron entre otros «Puentes Saavedra, García Arango, Pérez Lago, la hija de Prado Bugallo, y un abogado que sería Boye».

Ha explicado que esa cita cuadra con un audio previo en el que, tras la incautación de dinero en Barajas en febrero de 2017, dos personas de la organización apuntaban que «el abogado va a solucionarlo». «Se produce esa cita en la calle Orense, en la que el único abogado que hay ahí, pues es este señor», ha detallado.

«EL ABC DEL TRÁFICO»

Durante la comparecencia del inspector de la zona de Málaga, ha incidido en que una vez que aparece la figura de Van Rij ya sospechan que el potencial de la organización no solo les permite transportar mercancía por vía marítima, sino que también puede hacer uso de contenedores.

A juicio del agente, «es el ‘abc’ en el tráfico de estupefacientes a este nivel, la introducción de cocaína por vía contenedor». Y ha apostillado que tras la investigación sobre la persona de Van Rij pudieron acreditar que así era.

También ha salido a relucir el sistema de encriptación usado por la gente de Sito para sus comunicaciones. Los agentes han recordado que el narco insistía mucho a sus subalternos –según las escuchas realizadas– para que no usaran «telefonía normal».

Han relatado que esa mensajería encriptada que usaban permitía el borrado automático, y ha confesado que eso les llevó «por el camino de la amargura» porque no había forma de acceder a los terminales, que solían ser iPhone 6.

En el día de hoy, un día más se ha mencionado que en el registro del domicilio de Sito Miñanco además de grandes cantidades en efectivo –400.000 euros– hallaron anotaciones en un folio y medio con matrículas de vehículos policiales. Entienden los agentes que con esa información buscaba «securizar sus desplazamientos».

Cabe recordar que la Audiencia Nacional juzga a un total de 46 personas físicas y 5 jurídicas por su implicación en la organización del narco gallego. Para él, la Fiscalía pide 31 años y seis meses de prisión.

Esa organización, según el escrito del fiscal, se dedicaba a la importación y distribución de droga y al blanqueo de capitales, y todo ello mientras Sito Miñanco se encontraba en tercer grado penitenciario fruto de una condena previa a 16 años y 10 meses de prisión.

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