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La inflaciĆ³n de alimentos ya acumula un 7% en el mes y se complica el objetivo de que el IPC baje en marzo

Los Ćŗltimos relevamientos de precios permiten entender mejor por quĆ© Toto Caputo lanzĆ³ su ofensiva contra fabricantes de alimentos y cadenas supermercadistas: el panorama no pinta bien para marzo, que podrĆ­a terminar con un IPC mayor que el de febrero.

Uno de los indicadores mĆ”s seguidos por el mercado, el de inflaciĆ³n de canasta alimenticia de la consultora LCG, midiĆ³ para la segunda semana marca un 3,3% de aumentos, con lo cual se acumula en el mes un 7% de inflaciĆ³n. En febrero, a esta altura, se habĆ­a acumulado un 7,5% y en enero un 8%.

Sin embargo, esa mĆ­nima caĆ­da que se registra mes a mes no alcanza para traer alivio al gobierno. El rubro alimentos, que de por sĆ­ es el mĆ”s sensible desde el punto de vista social, adquiere ahora una importancia especial, porque en marzo ya empezarĆ” a sentirse con mĆ”s fuerza el incremento de los precios en los servicios pĆŗblicos.

Y con las tarifas empujando el Ć­ndice general al alza, lo que Caputo necesita es que el rubro alimentos haga de Ā«contrapesoĀ» con un nĆŗmero mucho mĆ”s bajo que el promedio de los otros precios.

En enero, los alimentos habĆ­an subido un 20,4% -es decir, apenas dos dĆ©cimas debajo del IPC- mientras que en febrero subieron un 11,9%. Si el gobierno quiere que en marzo continĆŗe la escalera descendente y, por lo tanto, que la inflaciĆ³n del mes se ubique debajo del 13,2% registrada en febrero, se requiere que el rubro de alimentos tenga un nĆŗmero mucho mĆ”s bajo, de un dĆ­gito.

Y con aumentos de 7% acumulados en lo que va del mes, ese objetivo luce muy difĆ­cil de cumplir. Suponiendo que la segunda parte de marzo registre aumentos similares a los de febrero, entonces el nĆŗmero del rubro de alimentos para todo el mes se ubicarĆ­a en torno de 11,4%. Con lo cual, el IPC, que va a estar impulsado por las tarifas y precios de servicios, podrĆ­a rondar el 14%, segĆŗn lo que estĆ”n proyectando la mayorĆ­a de las consultoras.

El rubro de precios regulados, que en febrero tuvo una variaciĆ³n de 21,1%, podrĆ­a tener en marzo una incidencia mayor como consecuencia de las primeras actualizaciones tarifarias.

El rubro alimentos ya acumula una suba de 7% en el mes y complica el objetivo de una baja del IPC en marzo

El rubro alimentos ya acumula una suba de 7% en el mes y complica el objetivo de una baja del IPC en marzo

Canasta de pobreza versus el IPC

Hay, ademĆ”s, otro nĆŗmero que el gobierno mira con lupa: en un momento en que la licuaciĆ³n inflacionaria redujo los ingresos en tĆ©rminos reales, hay una preocupaciĆ³n especial por no agravar los niveles de pobreza e indigencia.

Precisamente, acaba de conocerse el relevamiento de la Universidad Di Tella, que marca para febrero un aumento de cinco puntos en la pobreza respecto de la anterior mediciĆ³n de noviembre. No fue una sorpresa, naturalmente, tras el 71% de inflaciĆ³n acumulado en ese perĆ­odo. En total, la mediciĆ³n de pobreza da un 46,3% para el semestre mĆ³vil.

El gobierno no sĆ³lo tiene la urgencia de mejorar esa situaciĆ³n para garantizarse la paz social y estabilidad polĆ­tica, sino que, ademĆ”s, el pedido de que los mĆ”s vulnerables dejen de ser la variable del ajuste ya pasĆ³ a ser un tema de presiĆ³n de una amplia variedad de instituciones, desde el Fondo Monetario Internacional hasta el Vaticano.

La canasta alimentaria, tambiĆ©n conocida como de indigencia, que mide lo mĆ­nimo que hay que consumir para tener una dieta saludable, se ubicĆ³ en $104.000 para una persona (una cifra bastante aproximada al salario mĆ­nimo actual). Y para una familia tipo de dos adultos y dos menores, quedĆ³ valuada en $322.000.

Esta canasta, en febrero, tuvo una variaciĆ³n de 13,1 por ciento. Casi igual que el IPC, lo cual no termina de ser un alivio, despuĆ©s que en diciembre, con un 30 por ciento, se ubicĆ³ bien por encima de la inflaciĆ³n promedio.

Peor es la situaciĆ³n de la canasta bĆ”sica, la que marca el lĆ­mite de la pobreza -que estĆ” en $223.000 para una persona, o en $690.000 para una familia de cuatro integrantes-. En este caso, la inflaciĆ³n medida en febrero fue de 15,8%, es decir 2,6 puntos porcentuales encima del IPC. Y un dato que deja permite avizorar el empeoramiento en la incidencia de la pobreza.

El desvĆ­o del discurso libertario

Fue con estos nĆŗmeros en mente que Caputo se saliĆ³ del libreto libertario para reprender a los empresarios por sus polĆ­ticas de precios y sus estrategias comerciales.

AsĆ­ lo explicĆ³ en la conferencia anual de American Chamber: Ā«Los productores reconocieron que ā€˜pricearon’ imaginando un escenario caĆ³tico que no sucediĆ³. Su respuesta a mi pedido fue: ‘Vamos a bajar precios’. Hay precios de la canasta bĆ”sica que no pueden estar ahĆ­. Uno estĆ” contando que este modelo es mejor que otro, sacamos Precios Justos, ley de abastecimiento y ley de gĆ³ndolas, y la gente va al supermercado y se da cuenta de que las cosas salen mĆ”sĀ 50% que en Estados Unidos y dice ā€˜guau, Āæeste es el modelo?ā€™Ā».

El ministro Caputo

El ministro Caputo busca un shock que frene los aumentos de alimentos, pero los comerciantes se muestran escƩpticos

Para un gobierno liberal, que se jacta de su respeto por la libre iniciativa del sector privado, este tipo de planteos es considerado una contradicciĆ³n en sĆ­ misma. Y la situaciĆ³n derivĆ³ en todo tipo de comentarios irĆ³nicos.

Por caso, Roberto Feletti, ex secretario de Comercio durante la gestiĆ³n de Alberto FernĆ”ndez, escribiĆ³ en las redes sociales: Ā«El gobierno de Milei y Caputo descubre las bondades de las regulaciones en los bienes de consumo masivo. Ā”Bienvenidos!Ā».

Pero no fue un mensaje exento de crĆ­tica, porque marca la diferencia entre el tipo de intervencionismo del peronismo y el de Milei: Ā«Los gobiernos peronistas lo hacemos como parte de una polĆ­tica de ingresos, garantizando ademĆ”s mercado y demanda. Ustedes lo hacen desesperados ante la caĆ­da sin precedentes en los niveles de compra, producto de las medidas econĆ³micas que ustedes mismos implementaronĀ».

En el otro extremo del arco ideolĆ³gico, Roberto Cachanosky, que se define como liberal pero se ha mostrado muy crĆ­tico de la gestiĆ³n Milei, tambiĆ©n criticĆ³ el intento del gobierno por interferir en las polĆ­ticas de precios de los supermercados.

Ā«Los descuentos y promociones son precios de mercado y siempre existieron, incluso en la era K. ĀæAhora tambiĆ©n vamos a cuestionar los precios de mercado para tratar de zafar de la alta inflaciĆ³n?Ā», escribiĆ³ en la red social X.

Importaciones, Āæapertura o amenaza?

Lo cierto es que la invitaciĆ³n a moderar aumentos y a dejar de lado la estrategia de promociones no parece haber generado confianza en el mercado. Los expertos en consumo masivo minimizaron el impacto de esta medida, al recordar que la incidencia de los supermercados es minoritaria en los productos alimenticios, donde tiene mucho mĆ”s protagonismo el canal comercial barrial, como las carnicerĆ­as, las verdulerĆ­as y los autoservicios Ā«chinosĀ».

Puesto en cifras, los supermercados no llegan a comercializar el 30% de las ventas de alimentos.

De hecho, ni siquiera en el propio gobierno ha dado seƱales de esperar un cambio importante, y por eso anunciĆ³ la polĆ­tica de apertura importadora. Pero con el correr de los dĆ­as tambiĆ©n este tema ha dejado una nota de escepticismo.

DespuĆ©s de todo, para algunos alimentos y para medicamentos, ya estaba vigente el acceso preferencial a las divisas del Banco Central -que mantienen su esquema de pagos escalonados para el resto de los rubros de importaciĆ³n-. De manera que el cambio real es la exoneraciĆ³n impositiva, un dato que los expertos en comercio exterior consideraron de incidencia menor.

La apertura importadora, en el centro del debate: los industriales se quejan de trato desigual

La apertura importadora, en el centro del debate: los industriales se quejan de trato desigual

La decisiĆ³n del gobierno ha generado la primera fisura con la UniĆ³n Industrial Argentina, que se quejĆ³ de un trato desigual para los productores nacionales, a la hora de importar insumos.

Hasta un referente del apoyo empresario al gobierno, como Gustavo Lazzari, se mostrĆ³ crĆ­tico: Ā«En este caso me hizo ruido porque debiĆ³ de haber sido primero para poder fabricar mejor, mĆ”s barato y a precios internacionales, para poder suministrar productos a precios competitivos. Hoy las pymes y las industrias no pueden importar insumos, bienes de capital y bienes consumibles a los precios correctos, internacionales. Los compramos a precios domĆ©sticos mĆ”s caros y luego tenemos que ir a competir. AhĆ­ hay un ruidoĀ».

En definitiva, hasta ahora se percibe que la iniciativa de Caputo tendrĆ­a resultados dudosos en las gĆ³ndolas, mientras que podrĆ­a implicar un mayor sacrificio en materia de divisas y ademĆ”s genera el enojo industrial.

Es por eso que, en las charlas informales, se plantean dudas en el sentido de si el anuncio de la apertura importadora irĆ” realmente a fondo o si, mĆ”s bien, se trata de una amenaza para que los productores locales reaccionen con una moderaciĆ³n de los precios.

En todo caso, las perspectivas para marzo no son alentadoras. Aun cuando las medidas de Caputo dieran el resultado esperado, su impacto tendrĆ­a una demora hasta verseĀ  reflejado en las gĆ³ndolas.

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