El lema para este 8M de ONU Mujeres, la organización que es parte de Naciones Unidas y que nació con el objetivo de fomentar la igualdad de género en todo el mundo, es “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso”.
La marginalidad, la falta de educación, la desigualdad económica son ingredientes principales del conjunto de violencias que se ejercen sobre esta “minoría” que, en realidad, representa a la mitad de la población.
Por eso, este año, la institución insiste especialmente en la necesidad de que los estados presten atención a la cuestión. “Invirtiendo en las mujeres podemos impulsar el cambio y acelerar la transición hacia un mundo más sano, seguro e igualitario para todas y todos”, proponen.
“Si se mantienen las tendencias actuales, más de 342 millones de mujeres y niñas podrían vivir en pobreza extrema en 2030. Para garantizar que se tengan en cuenta las necesidades y prioridades de las mujeres, los Gobiernos deben priorizar la financiación con perspectiva de género y aumentar el gasto público en servicios esenciales y de protección social”, diagnostican.
Entre las cifras que proporcionan para sustentar sus afirmaciones están los siguientes datos:
-Las mujeres realizan 3 veces más trabajo no remunerado que los hombres. En especial lo que se denominan “tareas de cuidado”, por ejemplo, cuidado del hogar, de los ancianos y de los niños.
-Más de la mitad de las mujeres que trabajan lo hacen en la economía informal. En los empleos peor pagos, son mayoría; en los mejores puestos, siguen siendo minoría.
–Todas ganan entre 20% y 35 % menos que los hombres en los mismos puestos de trabajo y esta brecha se mantiene en todo tipo de empresas.
Los datos más alentadores, sin embargo, señalan que si se redujera esa brecha los beneficios implicarían el aumento del un 20% del PBI per capita. Y estiman que una inversión de 360.000 millones de dólares al año colaboraría en lograr la igualdad de género.
La institución insta a los gobiernos de los estados a invertir en las mujeres, principales víctimas también de los desastres ambientales producto del cambio climático, cómo única manera de lograr un desarrollo sostenible y genuino para sus países.
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