A medida que la inflaciĆ³n produce mĆ”s agobio y, a su vez, aleja a los consumidores de los productos que desean comprar, todos se ponen mĆ”s exigentes. Es que los pesos que quedan en la billetera para darse un gusto ya son muy pocos y entonces donde se pone el ojo tiene que hacer impacto la bala. A esta altura no se puede fallar.
Esto es lo que revela un reciente informe que evaluĆ³ comportamientos de 20.000 consumidores de diversas regiones del mundo, incluso LatinoamĆ©rica.
Siete de cada 10 afirmaron que la inflaciĆ³n ha impactado en sus formas de comprar y 64% indican que el precio es una de las principales razones por las que cambian de tiendas o marcas.
Adicionalmente, 94% de los consumidores expresaron que no estĆ”n plenamente satisfechos con la experiencia de compra online y proponen algunas formas de mejorarla: implementar una manera mĆ”s fĆ”cil de encontrar rĆ”pidamente el producto que se desea comprar y tener acceso a mĆ”s informaciĆ³n sobre los productos. Los datos se desprenden del tercer Consumer Study, recientemente publicado por IBM.
ĀæLa inteligencia artificial (IA) podrĆ” dar algunas respuestas? Aunque sĆ³lo tres de cada 10 consumidores en la regiĆ³n ha utilizado IA para realizar compras, quienes no lo han hecho, expresaron un gran interĆ©s en el uso de la tecnologĆa para varios aspectos de su experiencia de compra, incluyendo la investigaciĆ³n de productos (91%), el servicio al cliente (88%), la compra de productos (87%) y bĆŗsqueda de ofertas (87%), dice la encuesta.
Experiencia de compra
Las compras en la vida moderna que nos toca vivir se podrĆan dividir al menos en dos etapas, la creaciĆ³n de una necesidad o saber lo quĆ© se quiere comprar y, luego, la experiencia de compra en sĆ misma.
En el primer punto sobresale el ya conocido por todos anĆ”lisis de datos que vamos dejando con nuestra navegaciĆ³n online. Con esos datos, las marcas pueden intuir en quĆ© estamos interesados y a partir de ahĆ nos envĆan publicidad.
Si uno anda por pĆ”ginas de deportes, llegarĆ”n avisos de ropa deportiva, y si se buscan pasajes de aviĆ³n a una determinada ciudad, las agencias de viajes y de alojamientos mandarĆ”n su catarata de anuncios con esos destinos.
GĆ³ndolas virtuales con IA
āPero con la IA esos algoritmos se pueden refinar. A todos nos llegan esos anuncios despuĆ©s de navegar por determinadas plataformas, pero muchas veces son inexactos, y lo que te ofrecen estĆ” lejos de lo que querĆ©s. Con la IA eso se puede ajustar mucho mĆ”sā, explica Salvador Ćlvarez, IBM Consulting Manager para Argentina, Uruguay y Paraguay.
ĀæEl telĆ©fono me estĆ” escuchando? Es lo que todos nos preguntamos ante la publicidad que llega despuĆ©s de un diĆ”logo distendido sobre un plan de viaje. Muchos se sienten invadidos.
Con todo, el 65% de los consumidores encuestados en LatinoamĆ©rica estĆ”n interesados en recibir informaciĆ³n, anuncios y ofertas de tiendas que sean relevantes para sus intereses especĆficos. MĆ”s de la mitad se sienten cĆ³modos compartiendo su informaciĆ³n personal con una marca y el 31% son neutrales, lo que muestra una confianza general en el uso de datos personales, segĆŗn revelĆ³ este informe.
Ya en el segundo punto, en la experiencia de compra, el asunto se pone mƔs interesante. Y es clave dividir las compras en especializadas y masivas.
Las primeras son las que comprenden un sĆ³lo producto que el consumidor va a buscar: un auto, un televisor, un seguro de auto. āAcĆ” la IA ya estĆ” en condiciones de hacer el trabajo de bĆŗsqueda que uno suele hacer, pero en Argentina todavĆa se ve poco. Cuando vas a comprar una tele, vos sos el que buscĆ”s las pulgadas, si es 4K o no, y eso la IA te lo tendrĆa que dar sin que lo busques. Lo mismo pasa con un seguro de auto. Con la IA, un integrador (Web que se encarga de comparar servicios de distintas compaƱĆas para ofrecer el mĆ”s conveniente) deberĆa saber dĆ³nde vivĆs, quĆ© edad tenĆ©s y mĆ”s datos, y darte directamente las mejores opciones, sin que vos tengas que incluir esa informaciĆ³n en un formularioā, especifica Ćlvarez.
De todos modos, en las llamadas compras masivas es donde se ve menos presente la IA y, paradĆ³jicamente, donde podrĆa ser mĆ”s Ćŗtil. āSi hacĆ©s una compra online en un supermercado, tenĆ©s que entrar rubro por rubro, alimento por alimento, para ir agregĆ”ndolos de a uno a la canasta de compras. Y sin embargo, ellos ya tienen datos tuyos, por ejemplo, los productos que comprĆ”s habitualmente. Esa lista te la podrĆan colocar por default y vos ves si quitas alguna cosa y agregĆ”s otra. EstĆ” Ćŗltima tambiĆ©n te la podrĆan ofrecer de acuerdo a tus gustos. Si sos de comprar vinos, te podrĆan mostrar alguna novedad de otra marca dentro de tu rango de precios habitualā, afirma Ćlvarez.
āEn Estados Unidos -agrega- ya estĆ”n ingresando en los hogares las heladeras con IA. Equipadas con cĆ”maras y sensores, estas heladeras reconocen los productos del stock habitual que estĆ”n en falta y te notifican quĆ© le debĆ©s pedir al sĆŗperā.
Parece ciencia ficciĆ³n, pero ya sucede en otras latitudes con menos urgencias que en Argentina. Pero tarde o temprano, esta forma de consumo va a llegar a casi todas partes.
Comprar desde unas gafas virtuales
Y si de futuro se trata, esta encuesta le da un rol destacado a la realidad virtual y realidad aumentada. Cuatro de cada cinco consumidores que no las utilizaron reportaron interĆ©s en probarlas para la investigaciĆ³n de productos. Otros usos incluyen la compra de productos (91%), personalizaciĆ³n o diseƱo de productos (83%), prueba de productos (80%) y decoraciĆ³n de lugares (80%). Esto quiere decir que casi todos estĆ”n dispuestos a ponerse un casco de realidad virtual en casa para saber si los muebles de la cocina en terracota van a quedar bien o es demasiado. O cĆ³mo es determinado automĆ³vil por dentro.
Las gafas de realidad mixta (virtual y aumentada) Apple Vision Pro recientemente lanzadas hacen punta en este camino. Si logran un relativo Ć©xito, luego vendrĆ”n nuevos modelos mĆ”s afilados. Y no faltarĆ” mucho para que busquemos un producto ahĆ mismo, con el casco puesto. Con la IA llegarĆ”n sugerencias de productos, la realidad mixta nos permitirĆ” āprobarlosā, y se podrĆ”n comprar haciendo un clic en un teclado virtual. ĀæCiencia ficciĆ³n? Veremos.