Es casi una máxima del rubro que los arquitectos no deben trabajar para sus amigos: se vislumbra que el proyecto terminará en pelea. Pero también es cierto que hay una gran ventaja en asumir ese riesgo, dado que conviene poner el diseño de una casa en manos de alguien que conozca a fondo la personalidad y el estilo de vida de sus habitantes. Matías y Beby dieron ese salto de fe con el arquitecto Jorge Mazzinghi –“Jachi”, para ellos–, encomendándole la reforma y ampliación de esta propiedad construida en 1975.
La reforma
El objetivo de la intervención fue adecuar la vivienda a la actualidad familiar de la pareja y sus cuatro hijos, tres de los cuales son mujeres adolescentes.
El cuadro de Elisa Setien acompaña el ingreso a la vivienda. Girando hacia la izquierda se encuentra el living más informal y a la derecha, el vano que da paso al estar principal.
«Nos divertía la onda de la casa, un estilo muy de California en los años 1950-1960. Buscamos que la obra generara una vivienda totalmente nueva sin modificar esa estética original»
Arq. Jorge “Jachi” Mazzinghi, responsable de la reforma y ampliación
Tras varias propuestas, todos coincidieron en la que finalmente se ejecutó con la constructora Diclap S.A. El proyecto más votado generó un nuevo volumen para los dormitorios, con la suite y el cuarto del hijo menor en planta baja y el sector de las tres mayores arriba, una moderna cocina integrada y más y mejores espacios de estar, acorde al gusto de los dueños.
“¡A la vista!”, pidió el arquitecto cuando vio los techos. Además de su singularidad, los cielos rasos de machimbre blanco maximizaron las alturas ampliando visualmente el playroom y el estar principal.
El motor de la reforma fue reemplazar una distribución antigua –que hacía de cada actividad una isla– por un esquema que favoreciera la interacción entre los miembros de la familia.
«Los dueños son muy relajados y querían una casa bien americana, toda conectada. Solo pusimos una puerta doble para tener la posibilidad de cerrar el living principal, el comedor y su galería»
Arq. Jorge “Jachi” Mazzinghi, responsable de la reforma y ampliación
Honesto y muy funcional, el rediseño resultó un éxito en todo sentido, incluyendo aquello que se temía sobre la amistad. “Creo que en este caso se derribó el mito”, concluye Jorge Mazzinghi (que, para ellos, sigue siendo “Jachi”).
La intervención recuperó el jardín con el limonero, una puesta en valor que jerarquiza el ingreso desde la calle y le aporta una agradable vista al comedor a través de ventanales cuadrados
«Matías y Beby son los típicos que siempre ponen la casa: acá todos los fines de semana hay asados y previas. Por eso hicimos galerías gigantes y equipadas a full para usar todo el año»
Arq. Jorge “Jachi” Mazzinghi, responsable de la reforma y ampliación
Los 14 metros de longitud de la galería conectan perimetralmente toda la vivienda y aportan sombra y frescura en los días de verano. Para el invierno se instaló un sistema de calefacción a gas.
Buena comunicación
La cocina con el comedor diario y el living íntimo son la rótula que articula la planta y separa la parte privada. “Optamos por integrarla plenamente para estimular el encuentro familiar”, describe Mazzinghi.
La reforma conservó la estructura, si bien se eliminaron todos los tabiques interiores y se construyeron ampliaciones, como en la cocina, para la cual se avanzó sobre el retiro del frente
La adición de un volumen para los dormitorios permitió ubicar la suite en planta baja. Alejada del movimiento diario, incluye una expansión para desayunar bajo la sombra perfumada de un tilo
Unificar y simplificar favoreció la fusión de un conjunto heterogéneo. “Buscamos que el diseño fuera lo más racional posible en cuanto al espacio. Aprovechar la superficie sin dejar ningún recoveco”, define el arquitecto
Zona de chicas
Sosteniendo la doble premisa de integrar y que cada quien tenga su mundo, la planta alta fue concebida para las hijas mayores con un área común de estudio y cuartos individuales