GastĆ³n Tellone estĆ” desaparecido desde el 8 de julio pasado cuando fue obligado a subir a un vehĆculo en la zona de Abasto, entre los barrios porteƱos de Almagro y Balvanera. Algunas semanas antes, la vĆctima del secuestro habĆa aparecido en las noticias de la ciudad entrerriana de ConcepciĆ³n del Uruguay por una denuncia de recepciĆ³n en 2021 de pagos de extorsiones en la zona portuaria.
Esa presentaciĆ³n la realizĆ³ el abogado JosĆ© Alberto TomĆ”s Uriburu, autodefinido en el escrito como dueƱo de la empresa Terminal Puerto ConcepciĆ³n del Uruguay, que mencionĆ³ a Tellone como uno de los hombres que cobraba el dinero exigido en dĆ³lares a nombre, supuestamente, del por entonces administrador del Ente AutĆ”rquico Puerto ConcepciĆ³n del Uruguay a cambio de no obstaculizar el movimiento en esas terminales y de facilitar la compra agresiva de una empresa al āarmar una mochila de juiciosā a sus anteriores dueƱos. Desde ese testimonio expuesto del 26 de abril pasado, Uriburu pasĆ³ de denunciante de corrupciĆ³n a imputado por el rapto de Tellone.
La fiscal Josefina Minata, de ConcepciĆ³n del Uruguay, y el fiscal Santiago Marquevich, de la Unidad Fiscal Especializada en Crimen Organizado (Ufeco) intentan determinar que pasĆ³ con Tellone, cuya familia presuntamente pagĆ³ un rescate de mĆ”s de US$65.000 sin que la vĆctima apareciera. Y la historia tiene ramificaciones que ponen en juego a varios de los nombres mĆ”s conocidos del narcotrĆ”fico local.
Tellone estaba bajo investigaciĆ³n por lavado de dinero. Y su entorno tambiĆ©n estaba en el radar judicial. Por eso la Justicia encontrĆ³ enseguida pistas, es que la mayorĆa de los telĆ©fonos ya estaban intervenidos en otras causas. Entre ellos, el de Gustavo Adolfo JuliĆ”, que cumpliĆ³ una condena de 13 aƱos de prisiĆ³n en EspaƱa por el contrabando de 944 kilos de cocaĆna en el caso conocido como Narcojet.
En la desgrabaciĆ³n y anĆ”lisis de esas escuchas trabajaba personal de la Prefectura Naval cuando notaron que en los registros de tres dĆas antes se hablaba sobre el secuestro de Tellone. El punto de partida es que se tratĆ³ de un ajuste de cuentas interno. Incluso la vĆctima gestionĆ³ el pago de su propio rescate, aunque no fue liberado. Tellone cayĆ³ en una trampa generada por uno de sus hombres de confianza: Juan Carlos MirĆ³. Es uno de los procesados por el juez federal de ConcepciĆ³n del Uruguay, Pablo SerĆ³, que tiene el expediente por secuestro doblemente agravado por el cobro del rescate y la participaciĆ³n de mĆ”s de tres personas.
Los investigadores sacaron una decisiva conclusiĆ³n: la disputa entre el abogado Uriburu y Tallone tiene que ver con un robo de cocaĆna y dĆ³lares. Los mensajes que allegados a la vĆctima recibieron varios dĆas despuĆ©s del pago del rescate mencionaban ādeudasā que oscilaban entre los US$300.000 y US$500.000.
Si bien aĆŗn no se sabe quĆ© pasĆ³ con Tellone luego del 8 de julio, si estĆ” claro en la causa que la vĆctima fue engaƱada por MirĆ³ quien pergeĆ±Ć³ un inexistente encuentro con una ficticia jueza federal para interesar a Tellone a concurrir a una reuniĆ³n en las cercanĆas del Shopping del Abasto. AllĆ fue amenazado por sus captores, entre los que se encontraba -segĆŗn figura en la causa- Gustavo JuliĆ”, que en noviembre pasado habĆa sido procesado en una causa por contrabando de oro. AĆŗn no estĆ” detenido, pero es considerado una figura clave en este secuestro: el vehĆculo usado para capturar a Tellone es un Gol Trend que tiene una oblea de peaje a nombre de JuliĆ” y que este paga con una de sus tarjetas. Su celular tambiĆ©n fue detectado en las mismas posiciones que las de Tellone, MirĆ³ y Uriburi en una casa de BenavĆdez en la tarde del 8 de julio, propiedad que serĆa el lugar donde estuvo en cautiverio la vĆctima.
Pocas horas despuĆ©s del rapto, entre las 21.30 y las 21.47 de ese 8 de julio, un allegado a Tellone entregĆ³ una sobre con una cifra que va de los US$65.000 a los US$100.000 a MirĆ³ como pago de rescate. La propia vĆctima dio las indicaciones del lugar donde podrĆa recolectarse esa cantidad de dĆ³lares con la sola menciĆ³n de su nombre. El amigo llevĆ³ luego el dinero al lugar elegido por los secuestradores: una estaciĆ³n de servicio Shell ubicada en Cabildo al 4100.
El sobre finalmente llegĆ³ a manos de Uriburu, al menos eso plantea la hipĆ³tesis que derivĆ³ en su procesamiento con prisiĆ³n preventiva. En la casa de ese abogado, que tenĆa vĆnculos con el inefable Guille Cantero, se incautaron US$65.000, cifra que los investigadores consideran compatible con el pago del rescate.
Uriburu, en la denuncia que realizĆ³ el 26 de abril, se presentĆ³ a sĆ mismo como empresario dueƱo de Terminal Puerto ConcepciĆ³n del Uruguay. Terminales portuarias y narcotrĆ”fico es un maridaje frecuente en el litoral. El abogado, que ahora es noticia como procesado por el secuestro de Tallone, habĆa obtenido sus minutos de fama durante la pandemia, cuando los medios le hicieron notas por su supuesta carrera de 42 kilĆ³metros realizada en vueltas en el pequeƱo balcĆ³n de su casa. Las redes sociales habĆa hecho lo suyo.
Para el juez SerĆ³, Uriburu es el eje por el que pasan las variables de este caso. āEn todas estas declaraciones, los testigos seƱalan al abogado como la persona que podrĆa atentar contra el empresario. A travĆ©s de la presente investigaciĆ³n, se pudo constatar que ambos mantenĆan una fuerte disputa econĆ³mica, en la que el abogado imputado le reclamaba la sustracciĆ³n de drogas y 800 mil dĆ³lares. Ambos tenĆan vinculaciĆ³n con el puerto de ConcepciĆ³n del Uruguay, donde surgiĆ³ este enfrentamiento. AsĆ lo han seƱalado los testigos que fueron entrevistados por PolicĆa Federal, resultando que todos ellos mencionaron los problemas existentes entre ellos dosā, indicĆ³ el magistrado en su resoluciĆ³n.