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La última misión de la Estación Espacial Internacional: cómo es el plan para llevarla al fondo del océano Pacífico

La Estación Espacial Internacional (EEI) estuvo en órbita durante 25 años y por sus pasillos flotaron más de 270 astronautas de todo el mundo. Hasta la fecha se realizaron 71 expediciones y unos 3.300 experimentos en condiciones de microgravedad. Sin embargo, esta odisea científica está por llegar a su fin.

Este laboratorio espacial tiene fecha de caducidad, impuesta por los países socios del proyecto. Antes de 2030 se necesita algún plan para desorbitar esta enorme estructura de 450 toneladas de forma segura.

Esta semana, La NASA le entregó a Elon Musk un cheque por 843 millones de dólares para construir lo que será el Vehículo de Desorbitación Estadounidense (USDV): un remolcador espacial que escoltará a la EEI hasta el fondo del Océano Pacífico.

El USDV será propiedad de la NASA, en lugar de ser adquirida como un servicio, como sucede con el transporte de carga y tripulación. El contrato tampoco incluye el costo del lanzamiento, ya que se adquirirá posteriormente.

Un homenaje fallido

La Estación Espacial Internacional tiene fecha de vencimiento en 2030.La Estación Espacial Internacional tiene fecha de vencimiento en 2030.

Junto con el anuncio del contrato, la NASA publicó un libro blanco en el que se esbozaban las opciones que habían llevado a la agencia a concluir que la mejor alternativa era una maniobra descendente controlada.

En un principio se consideró elevar a la EEI hasta una órbita que supere los 600 kilómetros de altitud para que permanezca como un símbolo de la creatividad humana y a la capacidad de colaboración de nuestra especie.

Pero sus ingenieros entendieron que este homenaje no era viable, por los altos riesgos de fragmentación, el impacto de meteoritos o la despresurización de determinadas partes, generando un cúmulo de basura espacial gigantesco.

La idea es que sus componentes sean destruidos cuando ingrese a la atmósfera. Las piezas sueltas caerán en el Punto Nemo, el sitio más alejado de cualquier tierra firme en el planeta, ubicado a 2.722 kilómetros de la Antártida.

En esta porción de altamar descansan los restos de 260 módulos espaciales, según Popular Science. La EEI se convertirá en el mayor objeto que haya sido enterrado en este polo inaccesible del Pacífico.

Un lento proceso de disolución

La Estación Espacial Internacional irá perdiendo altitud hasta chocar con la atmósfera.La Estación Espacial Internacional irá perdiendo altitud hasta chocar con la atmósfera.

El operativo comenzará dejando que la EEI, que está a unos 400 kilómetros de distancia, pierda altitud de forma natural por el rozamiento con la atmósfera hasta que alcance unos 250 kilómetros.

Por debajo de este nivel, las ruedas de reacción ya no podrán mantener el control de su altitud como lo vienen haciendo, así que habrá que utilizar los motores del módulo ruso Zvezdá para su lento descenso.

Unos días antes de la reentrada el USDV ajustará la altitud mínima a unos 165 kilómetros y en el siguiente impulso la dejará en tan sólo 50 kilómetros.

Se calcula que los paneles solares y los radiadores empiecen a desintegrarse a unos 110-120 km de altitud, que la rotura de los módulos se produzca a unos 84-100 km y que a los 70-75 km ya se haya desmontado por completo.

Originalmente la tarea del USDV iba a ser llevada a cabo por cápsulas Progress rusas. Pero desde el conflicto bélico con Ucrania se determinó llevar a cabo una licitación.

SpaceX recibió 843 millones de dólares de la NASA.SpaceX recibió 843 millones de dólares de la NASA.

En septiembre de 2023, la NASA abrió una convocatoria a la iniciativa privada para el diseño del remolcador. Tras 10 meses de trámites, SpaceX fue la firma que generó la mejor propuesta.

“Es un honor para SpaceX que la NASA confíe en nosotros para apoyar esta misión crítica”, publicó la compañía en la red social X.

Por su parte, Elon Musk se limitó a compartir el comunicado de la NASA. Desde el anuncio, no ha parado de publicar información sobre la capacidad de sus cohetes Falcon y el despliegue exitoso de los satélites Starlink.

Según señaló el propio Musk, el vehículo tomado como base para gestar la USDV será la Dragon, utilizada actualmente para el transporte de carga y tripulación. La NASA, en su solicitud, hizo hincapié en la importancia de la fiabilidad de la nave.

“Será un nuevo diseño de nave espacial o la modificación de una existente que debe funcionar en su primer vuelo y tener suficiente redundancia y capacidad de recuperación de anomalías para continuar la quema de órbita crítica», expresó.

Un cielo con múltiples estaciones a la vista

Concepto de la Orbital Reef.Concepto de la Orbital Reef.

La intención es que, cuando la EEI sea removida haya en servicio varias estaciones espaciales comercial en la que las agencias puedan contratar tiempo y servicios.

Por aquel entonces, la plataforma Gateway debería ya estar en funcionamiento para apoyar las misiones del programa Artemisa a la Luna, para ayudar a los científicos a entender el clima espacial impredecible producido por el Sol y los rayos cósmicos galácticos del espacio profundo

El Gateway operará en una órbita de halo casi rectilínea alrededor de la Luna, lejos de la atmósfera protectora de la Tierra y de los campos magnéticos que protegen de la radiación a los humanos e incluso a los astronautas que viven en la EEI.

En la actualidad, la IEE le demanda a la NASA unos 3.100 millones de dólares anuales. Se espera que su retirada anime a la industria espacial privada a construir estaciones que puedan ser aprovechadas por astronautas privados y turistas espaciales que van de visita a las instalaciones.

A través del programa Destinos comerciales en órbita terrestre baja (CLD) la NASA está subvencionando a cuatro empresas para ayudarlas a desarrollar sus propias estaciones espaciales: Axiom Space, Blue Origin, NanoRacks y Northrop Grumman.

La NASA inauguró la iniciativa en 2020 con un contrato de 140 millones de dólares a Axiom para que construya al menos un módulo que se sume a la parte frontal del módulo Harmony de la EEI. Su interior, fue diseñado por el arquitecto francés Philippe Starck.

Más allá del turismo espacial, Axiom quiere ofertar su estación espacial a gobiernos e investigadores de todo el mundo como una alternativa de bajo coste a construir un programa tripulado propio.

La siguiente estación es la Orbital Reef de Blue Origin, que será una estación independiente con varios módulos dotados de enormes ventanas lanzados por el New Glenn de Blue Origin.

La misma, tendrá capacidad para diez astronautas, que viajarán a bordo de la nave Starliner de Boeing y para la carga se usarán las naves Dream Chaser de Sierra Space.

Su fecha de lanzamiento sería en 2027. Sus objetivos serán facilitar investigaciones en microgravedad hasta impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías espaciales, como la impresión 3D. Pero también, abrir las puertas al turismo espacial.

SL

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