Una importante modificación entra en vigor con el inicio de la competencia. La nueva norma tiene muchas implicancias, que obligan a analizarla detenidamente.
La Copa América 2024 se pondrá en marcha en Estados Unidos con el partido que jugarán Argentina y Canadá el jueves 20 de junio en la ciudad de Atlanta. Y desde que empiece a rodar la pelota entrará en vigencia un cambio reglamentario importante que se presenta en el torneo.
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Se trata de la introducción de la tarjeta rosa, que permitirá a los equipos hacer una modificación adicional a las 5 permitidas en caso de sospecha de traumatismo craneano y conmoción cerebral. Este beneficio ya lo otorgaba la FIFA y en el Mundial de Qatar lo utilizó Francia en la final contra Argentina.
La normativa determina que ante un caso de golpe fuerte en la cabeza de un jugador, su equipo dispondrá de un sexto cambio (en caso de una prórroga se habilitará un séptimo) y esto generará que el elenco rival también tenga una variante adicional, para que no quede en desventaja.
La Conmebol se pliega así a las modificaciones al reglamento aprobadas por la International Board que se empezaron a implementar por la FIFA en 2022. El cambio extra generó confusión cada vez que tuvo que aplicarse, porque el público no entendía por qué se producía y había reclamos, por eso se decidió implementar la tarjeta rosa.
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Copa América 2024: la tarjeta rosa no la mostrará el árbitro
Esta tarjeta no la mostrará el árbitro, que mantendrá solamente los cartones amarillos y rojos, sino que será exhibida a todo el estadio por el cuarto árbitro en el momento de producirse el cambio. Eso significará que la sustitución a realizarse está encuadrada en este beneficio.
El reglamento dice que “si el equipo decide llevar a cabo la sustitución por conmoción cerebral, se informará al árbitro principal o al cuarto árbitro y para ese cambio se utilizará la tarjeta de color rosado, diferente de las otras tarjetas de sustitución”.
Un punto importante de la norma establece lo siguiente: “Si se efectuara una sustitución normal al mismo tiempo que una sustitución por conmoción cerebral, se descontará una oportunidad de sustitución. Cuando un equipo haya utilizado todas las oportunidades de sustitución regular, no podrá usar una sustitución por conmoción cerebral para efectuar una sustitución regular”.
Esto implica que, si al mismo tiempo que se efectúa un cambio por tarjeta rosa se hace otro “regular”, se considerará utilizada una de las “ventanas” para sustituciones. Y también deja sentado que esta ventaja de la sexta modificación no podrá usarse para reemplazar a un jugador que no haya sufrido un traumatismo cerebral.
También se dejó establecido que “el jugador que sufra una conmoción cerebral o se sospecha que la ha sufrido no podrá reincorporarse al partido ni participar en la tanda de penales y, siempre que sea posible, se le acompañará al vestuario o a un centro médico”.
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El reglamento establece que “una vez finalizado el partido (con plazo máximo 24 horas de finalizado el mismo), será obligatorio que el médico del equipo que haya detectado esta sospecha en campo de juego y haya o no sustituido al jugador, remita el formulario SCAT5 (herramienta estandarizada para evaluar conmociones cerebrales), completo y firmado por él mismo a la comisión médica de la Conmebol”.
La FIFA ya había autorizado el sexto cambio, que en Qatar 2022 empezó a aplicarse por primera vez en un Mundial. Fue justamente en la final que Argentina le ganó a Francia, cuando Didier Deschamps, DT de los galos, utilizó este recurso para sustituir a Adrien Rabiot, que había sufrido un golpe en la cabeza al chocar con Julián Álvarez.
Ese fue el quinto cambio francés, que luego realizó dos más para completar 7, despertando posteriores comentarios del público reclamando una supuesta infracción reglamentaria. Sin embargo, todo había sido legal, porque al disputarse una prórroga podían hacerse 6 variantes más la adicional por traumatismo de cráneo. La tarjeta rosa llega para solucionar esa confusión.