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Juan Gujis y los secretos de El show creativo, a 40 aƱos del estreno del primer programa que tuvo a la publicidad como gran estrella

Este viernes 17 de mayo se cumplen 40 aƱos exactos del comienzo de un verdadero milagro televisivo. La pantalla de lo que entonces se conocĆ­a como Argentina Televisora Color (ATC) registrĆ³ esa noche la primera emisiĆ³n de El show del ClĆ­o, experiencia inaugural de un modelo hasta allĆ­ inĆ©dito, luego convertido en El show creativo: el programa que se dedica exclusivamente a la publicidad.

ā€œHicimos 31 aƱos consecutivos en la tele. En un momento llegamos a ser el programa mĆ”s viejo despuĆ©s de los almuerzos de Mirtha Legrandā€, cuenta a LA NACIƓN Juan Gujis, mentor de la idea y protagonista central de esa verdadera proeza en un medio que nunca se acostumbrĆ³, al menos en la Argentina, a la uniĆ³n entre el Ć©xito y la continuidad. A los 78 aƱos, Gujis sigue activo como consultor y docente en su especialidad. ā€œY las ganas de volver siempre estĆ”nā€, dice.

En la larga conversaciĆ³n que transcurre en una de las mesas del CafĆ© Tortoni, refugio preferido cada vez que llega a la Capital Federal desde su lugar en el mundo de toda la vida, la zona sur del Gran Buenos Aires (naciĆ³ en Burzaco y vive en AdroguĆ©), el estado de Ć”nimo de Gujis se mueve entre la nostalgia, la emociĆ³n y la felicidad de haber hecho un aporte fundamental para que la publicidad saliera de las tandas y ocupara por una vez el centro absoluto de la pantalla.

Dice que Gerardo Sofovich encontrĆ³ la mejor definiciĆ³n para lo que hizo con El show del ClĆ­o, que despuĆ©s de algunos aƱos adquiriĆ³ su nombre definitivo, con el que todos hoy lo recuerdan: El show creativo. ā€œMe encantĆ³ la forma en la que me presentĆ³. Dijo: acĆ” estĆ” el hombre que hizo de la publicidad un contenido de televisiĆ³n. Y todavĆ­a la gente me saluda por la calle, me agradece lo que hicimos. Y me dice algo mĆ”s: todos vieron el programa alguna vezā€, agrega GujĆ­s, que a lo largo de esta larga travesĆ­a televisiva compartiĆ³ su creaciĆ³n con muy eficaces compaƱeros de ruta: Julio Lagos, Horacio Cabak, HernĆ”n Drago.

Juan GujĆ­s, hoy, lleno de recuerdos televisivos alrededor de El show creativoSantiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

Hijo de un inmigrante lituano, que llegĆ³ a la Argentina en 1927 imaginando que tarde o temprano estallarĆ­a la Segunda Guerra Mundial, dice que la publicidad es su pasiĆ³n, pero no la Ćŗnica: ā€œTengo varias. Ir a la cancha con mi hijo a ver a Quilmes. Jugar pelota a paleta, empecĆ© a los 7 aƱos y lo sigo haciendo. Y mi familia, mi mujer y mis tres hijosā€.

-En su apogeo, tu programa despertĆ³ una gran corriente de interĆ©s. Mucha gente empezĆ³ a estudiar publicidad. ĀæCĆ³mo se entiende hoy esa disciplina vista en perspectiva con lo que ocurrĆ­a en aquellos momentos de tanto Ć©xito?

-Siempre les digo a mis alumnos que los fundamentos de la publicidad nunca van a cambiar. Lo que cambian son los medios. A lo mejor ya no se mira tanta tele y la gente estĆ” muy metida en las redes, pensando en hacer publicidad en Tik Tok, en Instagram, en X. No es cuestiĆ³n de decir ā€œyo voy a hacer publicidad digitalā€. Tienen que saber hacer publicidad.

-ĀæY quĆ© es lo que no cambia?

-A la hora de hacer una pieza publicitaria siempre estƔs frente al desafƭo de una hoja en blanco. La publicidad es una fƔbrica de ideas. El hilo conductor es la creatividad. Yo me siento, entre comillas, responsable de tantos chicos que empezaron a estudiar publicidad. Y mientras hacƭamos el programa se crearon muchos lugares para hacerlo.

Gujis junto a Julio Lagos en los primeros aƱos del programa, cuando todavĆ­a era El show del ClĆ­o Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæQuĆ© significa en tu vida lo que empezĆ³ hace 40 aƱos como El show del ClĆ­o?

-Empecemos por el principio. De chico escuchaba mucha radio. Me criĆ© con TarzĆ”n, Poncho Negro, los radioteatros de Hilda Bernard y Oscar Casco. Y tambiĆ©n me encerraba en el baƱo y leĆ­a los avisos de las revistas con voz de locutor. Me recibĆ­ de perito mercantil y empecĆ© Ciencias EconĆ³micas para tratar de asegurar el porvenir, como se decĆ­a. Pero no me gustaba para nada. Hasta que me puse a trabajar y descubrĆ­ que habĆ­a una carrera donde se enseƱaba publicidad. Era muy raro en esa Ć©poca, aƱo 1964, estudiar eso.

-ĀæPodĆ­as salir de ahĆ­ con algĆŗn tĆ­tulo terciario o universitario?

-Uno se recibĆ­a de licenciado en Publicidad, pero era un tĆ­tulo que te daba un instituto privado y punto. Yo era en ese momento empleado de Acindar, en el Ć”rea de CrĆ©ditos y Cobranzas. SufrĆ­a mucho ahĆ­ porque no me gustaban ni la contabilidad ni las matemĆ”ticas. Gracias a la publicidad me pasaron a Propaganda y Relaciones PĆŗblicas.

-Estabas ahĆ­ mucho mĆ”s cerca de tu vocaciĆ³n.

-Tal cual. Con el tiempo fui cambiando de empleo hasta que un un dĆ­a entrĆ© en la revista Mercado para trabajar con Alberto Borrini, que luego serĆ­a columnista de LA NACIƓN. Y ahĆ­ se me abriĆ³ todo el mundo de la publicidad y de las agencias, muy relacionadas con la revista.

Juan Gujis, el Ā«inventorĀ» de los sĆ”bados por la noche en la TV abierta con un programa de cultoSantiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæHabĆ­a alguna razĆ³n para que funcionara ese vĆ­nculo?

-Mercado era representante en la Argentina de los premios ClĆ­o a la publicidad. Y Borrini me dijo que querĆ­a sacarlos del mundo de las agencias y difundirlos a nivel popular. AsĆ­ empecĆ© a llevar los avisos ganadores por todo el paĆ­s. Los traĆ­an al paĆ­s en un rollo de 16 mm y se pasaban en los cines. No habĆ­a caseteras, ni VHS, nada. Con ese material empecĆ© a armar reuniones en 10 o 12 ciudades de la mano de las agencias locales que querĆ­an organizar y auspiciar una funciĆ³n en su ciudad. Y para la revista era una gran promociĆ³n.

-ĀæEsos avisos se pasaban en los cines?

-Tal cual. La gente pagaba una entrada para ver un rollo de 45 minutos solo con publicidad. Lo proyectĆ”bamos sin subtitular. Un dĆ­a, en Bariloche, lleguĆ© al cine y habĆ­a una cuadra de cola. Eran todas parejas de mieleros que veĆ­an esta funciĆ³n como una salida. AhĆ­ pensĆ© por primera vez que eso podĆ­a funcionar como un show, un espectĆ”culo que podĆ­a funcionar como programa de TV. Y se cobraba entrada.

Junto a Horacio Cabak en una etapa de cambios: mĆ”s descontracturados, mĆ”s divertidosSantiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæCuĆ”ndo pasaste de aquellas funciones en los cines a hacer televisiĆ³n?

-Una vez en CĆ³rdoba llegaron a hacerse tres funciones diarias. MatinĆ©e, vermouth y noche. Y llevamos los ClĆ­o al Canal 12, presentados por un locutor y por mĆ­. Fue como la prueba piloto del futuro programa.

-Fue la primera vez que estuviste frente a una cƔmara.

-No tenĆ­a ninguna experiencia previa, pero yo sabĆ­a que me gustaba. Cuando iba al secundario veĆ­a al Negro Brizuela MĆ©ndez, a Ignacio de Soroa, a Fito Salinas, y le decĆ­a a mi vieja: yo puedo hacer esto, me gustarĆ­a ser como esos tipos. Conducir. Pero no tenĆ­a ni idea de cĆ³mo hacerlo. Hasta que la prueba en CĆ³rdoba anduvo muy bien. Tuvimos que repetirla. Cuando volvĆ­ a Buenos Aires le dije a Borrini que esto daba para un programa de TV.

-ĀæY quĆ© te contestĆ³?

-Alberto era muy amigo de Julio Lagos. Y me dijo que podrĆ­a ser un muy buen conductor del programa. AhĆ­ empecĆ© a recorrer los canales para ver si alguno aceptaba un programa basado en los premios Clio a la publicidad. No habĆ­a mĆ”s que TV abierta en ese momento. La idea era hacer un Ćŗnico especial anual. JamĆ”s pensamos en un programa semanal.

Cabak y Gujis, de gala, para recibir a Florencia Raggi en una emisiĆ³n especialSantiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæCĆ³mo te fue?

-Me atendĆ­an muy bien hasta que les decĆ­a que el programa era sobre publicidad. AhĆ­ les cambiaba la cara por completo. Hasta que me encontrĆ© con un loco como yo, Mauricio Farberman, un gran productor de TV que llegĆ³ a ser director artĆ­stico de Canal 7 en el gobierno de AlfonsĆ­n. Le contĆ© de mi sueƱo y se prendiĆ³. El viernes 17 de mayo de 1984 salimos al aire por primera vez. El programa se llamĆ³ La mejor publicidad del mundo. Julio Lagos era el conductor y yo era el experto en publicidad que explicaba cĆ³mo era el comercial que iban a ver. Empezamos una vez por aƱo y despuĆ©s se fue ampliando un poco. Llegamos a hacer un ciclo de cinco programas para un fin de aƱo.

-ĀæCĆ³mo siguiĆ³ la historia?

-Un dĆ­a me llama Hugo Di Guglielmo, que era el gerente de programaciĆ³n de Canal 13, y me dice que le gustarĆ­a llevar el programa al canal. ā€œĀæVos te animĆ”s a hacerlo semanal?ā€, me preguntĆ³. Le dije que sĆ­. ĀæCĆ³mo no iba a hacerlo? No sabĆ­a si iba alcanzar el material, no estaba seguro cĆ³mo completarlo, pero me tirĆ© a la pileta. Lo convencĆ­ a Julio y allĆ­ fuimos. Hugo me dijo otra cosa: ā€œTe encontrĆ© dĆ­a y horario. Van a ir los sĆ”bados a la medianocheā€.

-El lugar que se convirtiĆ³ desde ahĆ­ en definitivo. Y que los identifica.

-A esa hora, antes de nosotros, la televisiĆ³n estaba cerrada. Estamos hablando de 1989. Julio me dice: ā€œNo nos va a mirar ni mi viejaā€. Pero resulta que mucha gente empezĆ³ a mirarnos: los adultos que esperaban la hora de ir a buscar a sus hijos mĆ”s chicos a los bailes, los que hacĆ­an la previa antes de salir, y tambiĆ©n la gente mĆ”s grande, que tiene a la tele como Ćŗnica compaƱƭa y no sabe quĆ© hacer a esa hora. Logramos abrir lo que se define en marketing como un nicho de mercado.

Gujis junto a PĆ­a Slapka, que estuvo en una de las etapas finales por El show del ClĆ­o Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæCĆ³mo conseguĆ­as el material?

-Primero llamĆ”bamos a las agencias argentinas y les pedĆ­amos el material histĆ³rico de sus campaƱas. Pero no podĆ©s quedarte solo con eso. A la gente le gusta ver publicidades viejas como la de los escarpines o la pick up que bajaba de un aviĆ³n HĆ©rcules, pero con un bloque alcanza. SumĆ”bamos el material internacional gracias a los contactos que tenĆ­amos. HabĆ­a 20 comerciales por programa, que siempre elegĆ­ yo personalmente. Fue lo Ćŗnico que nunca deleguĆ©.

-ĀæQuĆ© criterio aplicabas para elegir el material?

-La creatividad. Que no es solo ser original. TambiĆ©n hay que incluir en una publicidad el humor, la nostalgia, la cuerda emotiva, la parte sentimental. Para vender con Ć©xito un producto, un servicio y hasta un candidato polĆ­tico tiene que haber una idea. Que la gente se interese, que llame la atenciĆ³n. Y que no sea aburrida.

-Ustedes inventaron la televisiĆ³n en vivo de los sĆ”bados por la noche.

-Y mientras tanto me fui convirtiendo en conductor. Para completar el programa, porque con las publicidades por sĆ­ solas no alcanzaba, empezamos a inventar cosas. Primero un concurso de modelos publicitarios en tres categorĆ­as: 16 a 20 aƱos, 20 a 25 y 25 a 35. El ganador conseguĆ­a una participaciĆ³n en una publicidad. No era un concurso de belleza, sino de gente con presencia y talento para hacer campaƱas. DespuĆ©s inventamos concursos de jingles. HabĆ­a gente que se acercaba para cantar los jingles clĆ”sicos de las publicidades de la tele. Para ese momento ya nos habĆ­amos abierto de Mercado y nos manejĆ”bamos con una revista propia que tuve 15 aƱos y se llamĆ³ El Publicitario. Se vendĆ­a en los quioscos.

-Con esos concursos de alguna manera ustedes fueron pioneros y precursores de un trabajo clave en la televisiĆ³n de hoy, el casting.

-A partir de allĆ­, con todo eso, nos transformamos en un programa de interĆ©s general. Y para todo pĆŗblico. Cuando ya tenĆ­amos siete aƱos en el aire, le dije a Hugo que querĆ­a cambiar el nombre del programa, porque el ClĆ­o era un premio importante de la publicidad, que se entregaba en Nueva York, pero no era el Ćŗnico. HabĆ­a mĆ”s en Alemania, EspaƱa, estaban los Leones de Cannes. Y le propuse cambiarlo por El show creativo, que era la muletilla usada por el canal en las promos. TenĆ­a miedo que me dijera que no porque el programa crecĆ­a, ya estaba identificado. Pero me dio el OK enseguida.

Gujis junto a HernĆ”n Drago y la locutora Mariana AquinoSantiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-Fue un cambio grande.

-Que consolidaba ademĆ”s el sistema que tenĆ­amos con el 13 de coproducciĆ³n, que funcionaba muy bien. Fue ahĆ­, cuando llegamos a los 10 aƱos exactos, cuando Julio Lagos nos dice que quiere dejar el programa. TenĆ­a una oferta muy buena de Canal 9 y la aceptĆ³. Y en ese momento salĆ­ a buscar a su reemplazante porque no creo en la conducciĆ³n unipersonal. Compartir ese trabajo funciona muy bien. Uno puede hacer un comentario o un chiste y otro hace la rĆ©plica.

-AhĆ­ llegĆ³ Horacio Cabak

-HablĆ© con varios conductores, pero me decidĆ­ por Horacio despuĆ©s de charlar sobre este tema en mi casa. Mi hija mayor, sin dudarlo, me dijo: ā€œCabak, papi, Cabakā€. En ese momento Horacio estaba en su apogeo como modelo publicitario, era conductor de desfiles. TenĆ­a una pinta bĆ”rbara y ademĆ”s habĆ­a pasado por el programa un par de veces como invitado. SaliĆ³ perfecta la elecciĆ³n. Cuando se largĆ³ terminĆ³ ablandĆ”ndome a mĆ­ y me ayudĆ³ a desacartonarme, porque yo era un conductor mĆ”s bien a la antigua. Empezamos a contar chistes, a hacer cosas mĆ”s divertidas. Horacio me hizo mucho bien y creo que yo tambiĆ©n hice lo mismo con Ć©l.

-El reemplazo no afectĆ³ ni alterĆ³ la idea original.

-AdemĆ”s nos ayudĆ³ mucho porque el pĆŗblico femenino que tenĆ­amos era enorme y el feeling de las chicas con Cabak era una cosa de locos. Yo lo veĆ­a a partir de los mensajes que nos dejaban cada sĆ”bado en el telĆ©fono que salĆ­a en pantalla. Nosotros grabĆ”bamos en la semana y cada lunes iba a mi oficina y escuchaba en el contestador todo lo que nos decĆ­an a la hora del programa. Eso me ayudĆ³ mucho cuando Horacio dejĆ³ el programa, tambiĆ©n por ofertas de trabajo que habĆ­a recibido. TenĆ­a claro que la diferencia de edad era importante y que tenĆ­a que buscar a un tipo mĆ”s joven. AhĆ­ llegĆ³ HernĆ”n Drago, que tenĆ­a una gran virtud.

Todo el mundo de la publicidad y de la comunicaciĆ³n pasĆ³ por el programa de Gujis Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæCuĆ”l?

Le decĆ­as cualquier cosa y Ć©l te la devolvĆ­a. SabĆ­a reĆ­rse de sĆ­ mismo, nunca se ofendĆ­a, cazaba al vuelo alguna frase y te la devolvĆ­a. Siempre iba al frente. Era ideal para pelotear.

-A esa altura el programa ya era un Ć©xito indiscutido.

-Me dĆ­ cuenta cuando entrĆ© un dĆ­a a una farmacia y la empleada me pidiĆ³ un autĆ³grafo. HacĆ­amos siempre un promedio de entre 4 y 8 puntos de rating los sĆ”bados a medianoche, cuando un programa comĆŗn del prime time medĆ­a 14 puntos. Con esa mediciĆ³n sos Gardel. Y el programa tenĆ­a una ventaja: no hacĆ­a falta seguirlo desde el principio. PodĆ­as entrar en el segundo o tercer bloque y pasarla muy bien. Cada uno era independiente del otro. CambiĆ”bamos todo el tiempo de temas.

-Hasta que en un momento dejaron Canal 13. ĀæQuĆ© pasĆ³?

-Se fue Di Guglielmo, llegĆ³ AdriĆ”n Suar y se fueron desactivando programas todos los meses. Creo que ellos tenĆ­an otra idea, la de incorporar programaciĆ³n propia en todos los horarios. Un dĆ­a me llamĆ³ Pablo Codevilla y me dijo, despuĆ©s de hablar muy bien del programa, que pensaban otra cosa para mi horario. Fue de un dĆ­a para el otro, me costĆ³ sobreponerme pero habĆ­a que seguir y buscar otro canal, porque tenĆ­amos una estructura de producciĆ³n grande y armada. Hasta que conseguĆ­ una entrevista con Daniel Hadad, en Canal 9, y me preguntĆ³ cuĆ”ndo podĆ­a empezar. Arreglamos en ese momento. Al dĆ­a siguiente estaba grabando las promos para salir al aire el primer sĆ”bado disponible.

La gran figura de un Ć©xito inesperado de la tele comparte sus recuerdos con LA NACION en el CafĆ© Tortoni Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæHasta cuĆ”ndo llegĆ³ El show creativo?

-Hasta 2015. Yo ya tenĆ­a 69 aƱos y mi hijo me convenciĆ³ de dejarlo. Armar un programa semana es mucho estrĆ©s. Son 48 horas completas de trabajo semanal. Cada minuto de programa te lleva una hora entera de trabajo.

-Mientras tanto tuvimos en la tele otras experiencias parecidas a las de tu programa.

-Hubo un programa de TN que se llamĆ³ La mejor publicidad del mundo. Lo conducĆ­a Mario Markic muy bien, pero con otro estilo. Carlos Acosta tambiĆ©n ha hecho televisiĆ³n desde la publicidad, pero mĆ”s que nada con entrevistas. Y estaba El lĆ”piz de platino. Pero lo nuestro fue siempre tratar de que la gente se divirtiera. Hoy me siguen parando en la calle para preguntarme cuĆ”ndo vuelvo. Y las ganas de volver siempre estĆ”n, pero hay que poner el cuerpo y no estoy con ganas de hacer todo el programa como antes.

Gujis frente al espejo. Con Julio Lagos en un momento divertido, con la mĆ”scara del propio conductor. Santiago Filipuzzi – Santiago Filipuzzi

-ĀæCĆ³mo ves las transformaciones que experimenta hoy la publicidad?

-Con mucha nostalgia. No hubo despuƩs en la Argentina una publicidad tan buena como la que tuvimos en los aƱos 60, 70 y 80. No lo digo yo solo, tambiƩn lo piensan muchos publicitarios. Fue una Ʃpoca de oro. Habƭa historias, diƔlogos, humor. Las cosas cambiaron mucho, pero los fundamentos como te decƭa al principio no cambian. Siempre tiene que haber un insight en la publicidad. Tomar una escena de la vida real, algio que le pase a cualquiera, y aplicarlo a una campaƱa.

ĀæQuĆ© distingue a la publicidad argentina en el mundo?

-Los creativos argentinos son estrellas en todas partes. EstĆ”n a la altura en su disciplina de un Vilas, un Reutemann, un Fangio, un GinĆ³bili. Jugadores de fĆŗtbol, ni hablar. En los principales festivales todos esperan quĆ© van a aportar los argentinos cada aƱo.

-ĀæA pesar de la crisis?

-Sƭ. La crisis potencia la creatividad. En esas circunstancias hay que ser mƔs creativo que nunca.

-ĀæCuĆ”l fue la campaƱa que mĆ”s te gustĆ³ en toda tu vida?

-Internacional, la de Ikea. Toda la vida ellos trabajaron con el humor y yo todos los aƱos esperaba con ansiedad cada nueva campaƱa. Y de aca, La llama que llama. 24 comerciales creados por la agencia Agulla & Baccetti. Cuando doy charlas y paso publicidades de otro tiempo aparece La llama que llama y el auditorio se viene abajo.

Julio Lagos

Julio LagosFabian Marelli

ā€œEl show del ClĆ­o es una de las mejores cosas que me pasaron en mi carrera profesional. . Primero, Alberto Borrini me invitĆ³ a conducir la presentaciĆ³n en el Cine AmĆ©rica, que se repitiĆ³ luego durante varios aƱos. Y despuĆ©s pasĆ³ a la televisiĆ³n. El que hacĆ­a el programa era Juan. Era el que gestaba los contenidos e inventaba todo. Yo simplemente aportaba mi tarea como como conductor, pero apoyĆ”ndolo en todo lo que Ć©l proponĆ­a. En ese momento no tenĆ­a trabajo, nadie me llamaba, y gracias a Ć©l yo pude regresar a la televisiĆ³n. De hecho, creo que desde El show del ClĆ­o yo no volvĆ­ a hacer televisiĆ³n. Estoy muy agradecido a la oportunidad que me dieron primero Alberto Borrini y despuĆ©s Juan para hacer el programa. Y compruebo con mucha frecuencia que estĆ” en el mejor recuerdo del pĆŗblico y de muchos profesionales del mundo de la publicidad y de la comunicaciĆ³n con los que hoy me encuentro. Ahora mismo, donde estoy trabajando, una joven ejecutiva de marketing me dice que su vocaciĆ³n empezĆ³ viendo El show del ClĆ­oā€.

Horacio Cabak

ā€œPara mĆ­ El show del ClĆ­o y El show creativo fueron un antes y un despuĆ©s en mi carrera. Yo habĆ­a estado en el programa de Juan como invitado; habĆ­a ido primero como modelo porque estuve protagonizando algunos comerciales que se presentaron ahĆ­. DespuĆ©s estuve llamativamente como estudiante de publicidad. Ellos habĆ­an organizado un concurso de creatividad, cuyo premio era la beca en la universidad de publicidad donde yo cursaba. ParticipĆ© de forma anĆ³nima y fui uno de los cinco ganadores, asĆ­ que fui como ganador de un concurso. Y despuĆ©s fui como invitado el dĆ­a que Julio Lagos se despidiĆ³. Ese dĆ­a a Juan le gustĆ³ una gracia que yo hice, y conversando con su hija me planteĆ³ que Ć©l tenĆ­a dos caminos. O buscaba alguien con el perfil de Julio o intentaba algo nuevo. Me invitĆ³ a formar parte del programa en medio bloque, al lado del pĆŗblico, y tuvimos suerte y muy buena quĆ­mica. Juan vio algo en mĆ­ que nadie habĆ­a visto hasta ese momento. Fue sĆŗper generoso y empezĆ³ a darme cada vez mĆ”s lugar hasta que me decĆ­a que el conductor del programa era yo. Nunca tuvimos un contrato, siempre hubo un acuerdo de palabra entre caballeros, que se cumpliĆ³ hasta el Ćŗltimo dĆ­a. En el medio hice Gemelos con Adolfo Castelo y 1-2-3 Out en Telefe, pero siempre volvĆ­a a la casa de los viejos, al Show creativo, a laburar con Juan. Me vio justo en el momento en que me habĆ­an echado de mi primer trabajo como cronista de televisiĆ³n, confiĆ³ en mĆ­ y siempre se lo voy a agradecer. Fue una persona esencialmente muy generosa.ā€

Hugo Di Guglielmo

ā€œYo era un asiduo televidente de El show del ClĆ­o porque me encantaban los cortos publicitarios y los comentarios de los que lo hacĆ­an. En eso Gujis fue un pionero y siempre lo hizo con altura y calidad. Encajaba con el estilo pretendido para el canal, y aparte era un toque innovador y de calidad en un horario poco habitual. TambiĆ©n, es cierto, el programa era un toque de relaciones pĆŗblicas y buena onda con anunciantes y agencias. A travĆ©s de los aƱos hicimos una muy buena relaciĆ³n con Gujis y eso explica su permanencia luego como El show creativo. ĀæPor quĆ© lo incluĆ­ por primera vez y siempre lo apoyĆ©? Hay un pequeƱo secreto: mis inicios en la carrera de los medios fueron en la publicidad. Yo estudiĆ© publicidad en lo que era la escuela de la AsociaciĆ³n Argentina de la Propaganda. TrabajĆ© como redactor creativo junior primero y senior despuĆ©s en dos agencias. De allĆ­ pasĆ© a la radio y despuĆ©s a la televisiĆ³n. Pero mi base fue publicitaria y me ayudĆ³ en toda mi carrera. Dicen que un director de programaciĆ³n decide por una mezcla de intuiciĆ³n y racionalidad. En mi caso, y visto a la distancia, creo que con El show del ClĆ­o mi corazĆ³n tuvo bastante que verā€.

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