Uno de los puntos del encuentro que Javier Milei y Elon Musk mantuvieron hoy en la fábrica de Tesla en Texas, tiene como protagonista a un tercero, que no involucra ni a las ideas libertarias en las que coinciden ambos hombres, ni a las posibles inversiones del segundo hombre más rico del mundo en nuestro país, sino a Brasil.
Según relató el vocero presidencial Manuel Adorni en Twitter, “el Presidente argentino le ofreció colaboración en el conflicto que mantiene la red social X en Brasil en el marco del conflicto judicial y político en ese país.”
¿Por qué Brasil? ¿Cuál es ese conflicto judicial y político al que se refiere Adorni?
El sábado pasado, la cuenta Global Government Affairs, gestionada por X y que relata sus relaciones con diferentes gobiernos del mundo, publicó que “X se ha visto obligada por decisiones judiciales a bloquear ciertas cuentas populares en Brasil. Hemos informado a esas cuentas que hemos tomado esta medida. No sabemos los motivos por los que se han emitido estas órdenes de bloqueo. No sabemos qué publicaciones supuestamente violan la ley. Se nos prohíbe decir qué tribunal o juez dictó la orden, ni con qué fundamento. Tenemos prohibido decir qué cuentas se ven afectadas. Nos amenazan con multas diarias si no cumplimos.”
Elon Musk luego publicó un tuit en el que decía que las restricciones habían sido eliminadas, y le sugirió a los usuarios de la plataforma en Brasil usar una VPN para acceder al servicio; una VPN es un servicio que permite enmascarar el país desde el que alguien se conecta a un sitio, lo que evitaría las limitaciones impuestas por la Justicia.
El domingo se supo que el presidente de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, ordenó una investigación sobre Elon Musk como propietario de la plataforma X (la ex Twitter, que compró en octubre de 2022 por 44.000 millones de dólares). Según describe la agencia AFP, en un fallo judicial de Moraes se refirió a una supuesta “instrumentalización criminal de X”. El máximo tribunal brasileño explica que el bloqueo de cuentas de X en Brasil tiene que ver con una investigación sobre el asalto a la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia en enero de 2023, cuando miles de partidarios de Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo de Brasil, y que habrían estado organizadas por personas que usaron a X como plataforma de comunicación.
Alexandre de Moraes también investiga, por separado, la posible comisión de los delitos de obstrucción de la justicia e incitación al delito del propio Musk. “No podemos vivir en una sociedad en la que multimillonarios que viven en el extranjero controlan las redes sociales y se muestran dispuestos a violar el Estado de derecho, desobedeciendo órdenes judiciales y amenazando a nuestras autoridades”, escribió el fiscal general Jorge Messias, sin mencionar por su nombre a Musk, y en apoyo a de Moraes.
El magistrado también dictaminó que “la red social X debe abstenerse de desobedecer cualquier orden judicial, incluso reactivando una cuenta cuyo bloqueo haya sido ordenado por el Tribunal Supremo”, so pena de una multa de 100.000 reales (más de 19.700 dólares) por perfil reactivado.
El año pasado, Moraes también ordenó una investigación sobre los ejecutivos de Telegram y de Google, quienes estaban a cargo de una campaña que criticaba un proyecto de ley de regulación de Internet en ese país.
Con información de las agencias AP, AFP y Reuters
LA NACION