Hasta el 13 de febrero, de martes a domingos, Fernanda Metilli vuelve a subirse al escenario del Gran Rex con una peluca color zanahoria y la estridencia desamorada de ser la madre de Matilda. Dice que asumir ese rol fue un salto al vacío, por la exigencia de un musical que implica no sólo componer un personaje y aportar ribetes propios sino también, cantar y bailar. Vive esta segunda (y última) temporada de “Matilda” como una revancha con cuotas extra de disfrute, porque ya tiene claro la fórmula para graduar la energía y no quedar en cero en la primera escena, como alguna vez le pasó. Ahora sabe cómo ajustarle el punto justo a cada cuadro. “El escenario es donde hay que estar al cien, en realidad no es ‘hay que’, me sale; el escenario es la expansión de la energía”, asegura. Lo de la energía no es un tema que se limite al desafío de este personaje.
Noticias: Se la ve siempre como si tuviera una batería al 100%. ¿Graduar fue algo que aprendió o le sale fácilmente?
Fernanda Metilli: Me sale fácil, pero porque cuando no estoy trabajando o no estoy socializando, soy muy para adentro, puedo estar tres horas sentada mirando el pasto, pintando, quieta o jugando con los perros; como que tengo mi parte de muchas soledad. Es la que me sirve para después estar al cien. Agus, mi pareja, mi novio, siempre dice que él recarga la energía socializando, es de los que te das vuelta 5 minutos y te organiza un asado; y que yo recargo energía estando sola.
Noticias: Agus es “Soy Rada” Aristarán, con quien comparte escenario en “Matilda”. Hace 8 años que están juntos y siguen conservando sus propias casas, ¿cómo llevan adelante la pareja con estas situaciones concretas: si él organiza un asado, ¿usted no va y listo?
Metilli: Claro, este mes que tenemos funciones yo me vine para su casa, que queda un poco más cerca del teatro y tiene verde. El otro día hicimos una cena con amigos, pero si él quiere hacer otra y yo estoy más para adentro, me vuelvo a Capital (a su casa), digo “hoy duermo allá”, y listo.
Noticias: ¿Es algo que él tuvo que aprender?
Metilli: Sí, claro, porque entiendo que no es normal que alguien esté a las risas y en un momento se le apague la computadora, como me pasa. Porque es de cien a cero, no tengo más batería social, que se vayan todos. Y como no da echarlos, me voy yo (risas).
Noticias: ¿Está en el mejor momento de su carrera?
Metilli: Sí, puede ser, pero siempre espero que me siga sorprendiendo.
Noticias: Esa es una chispa que no hay que perder, ¿no?
Metilli: Claro, cuando me dicen qué quiero para este año, quiero seguir sorprendiéndome. Porque a veces vos planeás protagonizar una tira y no sucede y es todo frustración. Entonces que me siga sorprendiendo, como fue “Matilda”: en mi vida hubiese pensado que me iban a llamar para cantar en un musical. Fue una sorpresa absoluta y poder hacerlo, también.
Noticias: Cuando parece que todo funciona y fluye con el poder de un río torrentoso, esa fuerza también la puede llevar puesta. ¿La complica en el sentido de esos espacios de calma que necesita o lo tiene manejado?
Metilli: Lo tengo manejado. El 2023 fue un año que trabajé mucho, tenía cuatro laburos a la vez y los cuatro eran igual de importantes y algunos más demandantes que otros, pero igual podía hacerme mi ratito y también siendo consciente de que nuestra profesión tiene una inestabilidad muy grande. Como que decía: “Está buenísimo este momento, todo me gusta y está bueno que lo haga”. Obviamente que también aprendés a decir que no y a perder el miedo a decir que no.
Noticias: ¿Cuándo lo aprendió?
Metilli: Agus me ayudó mucho en eso, porque también no son las mismas posibilidades y oportunidades para el hombre que para la mujer. Con Agus siempre hablamos y debatimos ese tema. Porque él de repente me dice: “Bueno, decí que no por tal cosa”. Y yo le digo: “No, pará, mirá que no suelen llamar a mujeres para cosas así”. Entonces, como pareja está buenísimo que los dos aprendamos a ver la realidad del otro.
Noticias: ¿Para qué cosas todavía no suelen llamar a una mujer?
Metilli: Bueno, por ejemplo, en la tira “Buenos chicos”, que terminamos de grabar en noviembre para PolKa, el único personaje gracioso, cómico, de humor, era el mío y es un rol que siempre lo tuvo el hombre. Me pareció buenísimo, y se lo dije a Adrián Suar, se lo recontra agradecí, porque siempre de una se piensa en un chabón para ese rol. O para conducir un evento, siempre es como que el hombre está primero.
Noticias: Hay todavía un peso muy fuerte en cómo repercute el cuerpo y la edad en las posibilidades de una mujer, ¿cierto?
Metilli: ¡Sí, obvio! Todavía la edad claramente tiene más peso para la mujer, y no solo en lo laboral. A nivel físico y de maternidad, por ejemplo, también. Hoy te digo que la verdad es que no quiero ser madre, que no tengo ese deseo. Y quizás quiera a los 45, y lamentablemente capaz que no es lo mismo. ¡Pero un tipo por ahí recién a los 55 quiere ser padre y puede!
Da la sensación que se alínea con sus ganas y va por ello, desde para sostener su no deseo de maternidad, sabiendo que en unos años eso puede cambiar y puede tener consecuencias, hasta cuando dejó su Tandil natal a los 23 años y se radicó en Buenos Aires para crecer profesionalmente, a pesar de la negativa de su papá.
Metilli: Más allá de ese episodio con mi papá, también tenía mucho apoyo e ilusión de mi mamá, eh. Era: “Andá, que vos podés”, y desde el desconocimiento absoluto porque mi mamá viajó por primera vez a Capital a verme a mí a los 60 y pico, se subió al bondi y vino a verme. Mi viejo no conoce Capital.
Noticias: ¿Por qué él no la vino a visitar?
Metilli: Porque no, porque son de Tandil y después mi papá se enfermó y ahora no puede viajar por cuestiones de salud. Pero lo mío fue muy de la inocencia y del no saber. Y así, con esa inconsciencia, te diría, estamos donde estamos.
Dice que “Las chicas de la culpa” es una batalla ganada en la perseverancia de ser una mujer comediante. El grupo que integra junto a Malena Guinzburg, Connie Ballarini y Natalia Caruliase se convirtió en un suceso expansivo. Acaban de hacer una gira por Estados Unidos y por Europa (aunque Metilli no pudo estar en esa última por otros compromisos laborales).
Noticias: Es parte de dos espectáculos que agotan funciones. ¿Qué significa que haya salas teatrales llenas en medio de esta crisis económica?
Metilli: Para mí, la gente se quiere reír, sobre todo se vio mucho después de la pandemia que los espectáculos de humor son los más elegidos. Quieren pasarla bien e ir a reírse. Con nosotras, con “Las chicas de la culpa”, hay un desparpajo y un romper con el tabú de que las mujeres no hablamos de ciertas cosas, que no lo pueden creer. Y lo hermoso es que vienen la abuela, la madre y la nieta.
Noticias: ¿Qué cosas le dan miedo?
Metilli: Mira, es un poco el huevo o la gallina… el miedo al miedo. Yo tengo ataques de pánico hace mucho años. Y me di cuenta de que es miedo al miedo, porque dejo algo conocido, porque estoy ante algo nuevo. Y simplemente lo acepté, que así como hay personas que cuando están nerviosas o ante cambios o duelos les aparece una úlcera, le tengo miedo al miedo, tenemos miedo a la mente, a que te gané. Obviamente que no tuve problema en ir a terapia o acudir a un psiquiatra, porque la salud mental es fundamental.
Noticias: ¿Cuándo aparecieron los ataques de pánico?
Metilli: Hace diez años justo. Cuando estaba en Carlos Paz haciendo temporada de “Stravaganza”, fue ahí. Era lo primero que hacía así de grande en teatro comercial y esa grandeza tenía algo de que no me daba el aire. Pero Agus sabía del tema porque le ha pasado y al toque ataqué el problema para buscarle la solución.
Noticias: Desde su propia experiencia, ¿qué le recomendaría a quien está viviendo una situación similar?
Metilli: Que se ocupe, para mí lo mejor es ocuparse, darle la bienvenida, entender que de todos modos hay que agradecer porque si no hubiese pasado eso, hubiese pasado otra cosa, algo físico. Y sigue siendo el cuerpo el que te dice que hay algo que no está bien. Y después cada uno tiene su caso específico, si es químico y se te va tomando una pastilla, ¡tomá una pastilla! ¿Para qué sufrir al pedo? Yo tomo medicación y estoy agradecida con la medicación. La dejé bastantes años también pero cuando entiendo que la necesito, ya está.
Noticias: Da la sensación de ser una mujer que se abre paso. Eso enmarcado en ataques de pánico, tiene aún más valor.
Metilli: Bueno, sí, yo me siento muy valiente, pero en algún momento tenía que aparecer la debilidad.
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