Cristina Kirchner esperaba ver entrar por la puerta de su despacho a un hijo de la āgeneraciĆ³n diezmadaā de los 70 -a la que perteneciĆ³-, para pasarle āla postaā de las riendas de la NaciĆ³n. La que entrarĆ” este miĆ©rcoles a las 17 a la presidencia del Senado como parte de la transiciĆ³n es una hija de la misma generaciĆ³n, pero de otro signo: Victoria es hija de un militar -Eduardo Villarruel, teniente coronel del EjĆ©rcito, fallecido en 2021- que reivindicĆ³ su actuaciĆ³n siendo joven oficial en el āOperativo Independenciaā en TucumĆ”n en 1975/6 -donde se combatiĆ³ a la guerrilla del ERP y la situaciĆ³n insurreccional con centros de detenciĆ³n, torturas y asesinatos, en escala de lo que vendrĆa despuĆ©s- y que fue segundo jefe de la CompaƱĆa de Comandos 602 que lideraba Aldo Rico en la guerra de Malvinas.
Una integrante de la āfamilia militarā, al viejo estilo y con todas las connotaciones que eso arrastra: conservadora, defensora Ćntimamente de la inevitabilidad de la represiĆ³n ilegal (en lenguaje de aquellos aƱos, ālucha antisubversivaā), acĆ©rrima crĆtica de la polĆtica de derechos humanos del kirchnnerismo, de los āterroristasā que en esta visiĆ³n llegaron finalmente al poder; y por supuesto, de la reanudaciĆ³n en el gobierno de NĆ©stor Kirchner (2003-2007) de los juicios por delitos de lesa humanidad.
Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, al salir del Hotel Libertador, bĆŗnker y centro de operaciones del mileismo.Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, entra esta tarde al despacho de Cristina nada menos que como su sucesora. Antes combatiĆ³ a los Kirchner, a su manera aunque le tocĆ³ un lugar casi marginal. De hecho, la actuaciĆ³n mĆ”s pĆŗblica de esta abogada hoy de 48 aƱos, arranca como reacciĆ³n al retorno de los juicios a los militares propiciados por el kirchnerismo hace casi 20 aƱos. Ella funda el Centro de Estudios Legales del Terrorismo y sus VĆctimas (CELTYV), bajo el ala de Aunar, una asociaciĆ³n integrada por militares, marinos y policĆas, que entre otras acciones editarĆan āSubversiĆ³n, la guerra olvidadaā a fines de los 90, para recordar a las ānuevas generacionesā los 21 mil actos de terrorismo.
Desde el CELTYV, una suerte de CELS de los militares, Victoria participĆ³ aunque no en primer plano de una sucesiĆ³n de actos y misas entre mayo de 2006 y 2008 aproximadamente -se fueron diluyendo- que buscaron ser contracara de los juicios reiniciados a los militares tras la nulidad de las leyes del perdĆ³n y la nueva doctrina de la Corte Suprema. Una contramemoria del relato kirchnerista sobre la violencia de los aƱos 70, donde ella se centrĆ³ en el recuerdo de las vĆctimas civiles y militares de las organizaciones armadas.
La polĆ©mica volviĆ³ a cobrar actualidad: Villarruel cuestionĆ³ y metiĆ³ en la agenda de la reciente campaƱa -tambiĆ©n Javier Milei- la cuestiĆ³n sobre el nĆŗmero de desaparecidos.
La vice electa no llega acaso al gobierno por estos antecedentes (y quizĆ”s en la coyuntura del paĆs sorprendente, llega pese a ellos), aunque sin duda, Ć©sta es su historia personal y polĆtica.
Cristina que con distintas excusas no quiso en 2015 entregarle los atributos presidenciales a Mauricio Macri, al final recibe a Villarruel. HabĆa muchas razones para pensar que no lo harĆa. Se especula que pudo primar cierta empatĆa de gĆ©nero -pese a todo., que no tuvo con Macri.
Es paradĆ³jico, y quizĆ”s una ironĆa de la historia. Fue en mayo pasado en una entrevista con Pablo Duggan cuando la dos veces presidenta hoy condenada a seis aƱos de cĆ”rcel por corrupciĆ³n, y en medio del clamor de los suyos para que sea candidata, abogĆ³ para que ālos hijos de la generaciĆ³n diezmada sean los que tomen la postaā. Quien encajaba en el perfil era el ministro Wado de Pedro, hijo de montoneros que fueron desaparecidos-asesinados. De hecho, Wado fue el ācandidatoā por 24 horas; Cristina no pudo sostenerlo y fue finalmente Sergio Massa.
La idea de la āgeneraciĆ³n diezmadaā viene del discurso de asunciĆ³n de NĆ©stor Kirchner el 25 de mayo de 2003. āFormo parte de una generaciĆ³n diezmadaā¦ā, iniciaba una construcciĆ³n de poder hacia la izquierda del peronismo, diferenciĆ”ndose del duhaldismo e iniciando tambiĆ©n una Ć©pica con anclaje histĆ³rico que acompaƱarĆa a los gobiernos Kirchner en adelante. La autora de ese discurso habĆa sido la propia Cristina Kirchner, que hoy enfrenta el reverso de la historia cara a cara con su sucesora.