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Peligra la provisión de insumos médicos: «No hay precio», dicen las empresas

Empresas del sector privado de la salud alertaron por el desabastecimiento y las subas de más del 100% en los precios de insumos médicos en el último mes.

Detrás de un diagnóstico por parte de las clínicas privadas que complica la situación de los pacientes, las causas van de la inestabilidad económica, a los problemas para importar y, sobre todo, la inflación.

La cámara Adecra-Cedim, que representa al sector privado, puso el foco en las dificultades para comprar materiales descartables y medicamentos de uso habitual. Pero según pudo saber Clarín, en el Hospital Fernández de la Ciudad ya se palpa un problema más grave.

«No falta stock de nada sólo porque tenemos insumos adentro (en el sentido de asegurados) por tres meses. Pero ya tenemos empresas que rechazaron presentarse a licitación, porque no tienen precio. Nos faltan proveedores de insumos para cirugías cardiovasculares«, cuentan desde el Fernandez.

Este centro de salud -uno de los más destacados del país en prácticas de mediana y alta complejidad, por lo que cubre la demanda del AMBA, de quienes llegan desde otras provincias y también desde el exterior- oficia como «testimonio» de un problema generalizado, con variantes según la especialidad y el presupuesto.

Algunos servicios médicos empiezan a sufrir complicaciones.

Algunos servicios médicos empiezan a sufrir complicaciones.

En el Fernández si hay «seguridad» de existencia de stents  (que en realidad pertenecen al casillero de insumos de hemodinamia más que al de cardiovasculares), pero faltan empresas que liciten para abastecerlo de introductores femorales (tubos de plástico con válvula hemostática), catéteres diagnósticoscuerdas guías y terapéuticas.

Explican que «son esas cosas puntuales», que las fabricantes chicas son las que decidieron no presentarse y que «las grandes sí licitaron y tienen stock». En este último caso, aseguran, el problema es otro: «Hay presupuestos multiplicados por 3, en algunos casos, por 4″.

Una vez presentadas las licitaciones para este hospital, por ejemplo, depende del Ministerio de Salud de la Ciudad validar esos valores, porque se realizan compras centralizadas. 

Ante este tema, en el Fernandez se están buscando segundas opciones de fabricantes. A la par, hay negociaciones entre el Ministerio de Hacienda de la Ciudad y las empresas para intentar «congelar» precios y que no falten estos ni otros insumos médicos vitales.

“Tuvimos varias reuniones con proveedores. Nos cuentan que la situación es crítica. Pero acordamos trabajar y ponernos de acuerdo en los niveles de aumentos de precios. Todos nos prometen que no va a haber falta de abastecimiento en la Ciudad, pero solicitan encarecidamente que entendamos la situación”, dicen a Clarín desde el Ministerio de Salud de la Ciudad.

La queja de las clínicas y los fabricantes

Adecra es la cámara nacional que nuclea a más de 420 clínicas y sanatorios privados, laboratorios y centros de diagnóstico y tratamiento ambulatorio.

“A la crisis de financiamiento que las instituciones vienen atravesando desde hace años, producto de un descalce entre costos y aranceles, se suma durante los últimos días las serias dificultades para adquirir insumos clave para la atención de los pacientes, como materiales descartables y medicamentos de uso habitual”, aseguró su presidente, Jorge Cherro.

Como consecuencia del faltante de insumos, los aumentos de precios y otras dificultades a nivel operativo, dijo que «en algunas provincias ya se están reprogramando turnos de diversas prestaciones médicas, atravesando, en algunos casos, una situación especialmente crítica”.

Mendoza es ejemplo de una de esas situaciones.

“Desde el lunes, Aclisa no ha podido adquirir los insumos, descartables y medicamentos de uso habitual en sus clínicas y sanatorios. Esto, además del desabastecimiento existente, pone en riesgo la atención de la población en el corto plazo, dado que también se han producido aumentos desmesurados que dificultan la actividad de las instituciones”, se lee en el comunicado la Asociación de Clínicas y Sanatorios de la Provincia de Mendoza (Aclisa).

El Hospital Central de Mendoza. Foto: Los Andes

El Hospital Central de Mendoza. Foto: Los Andes

Por otra parte, Marcelo Kaufman, presidente de Cedim, la cámara que reúne a las entidades de Diagnóstico y tratamiento ambulatorio, dijo que la problemática se da a nivel nacional.

«En un marco de devaluación cambiaria e inflación, sumado a las características propias de las normas oficiales vigentes a nivel de comercio exterior, cambiarias y fiscales, que complejizan la operatividad diaria para el funcionamiento del equipamiento médico”.

Esa es la otra parte de este conflicto. Por las trabas a las importaciones, faltan insumos médicos made in Argentina y el riesgo de desabastecimiento excede a los fabricantes de «kits» para diálisis.

Hace dos semanas, las Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (Cadra) tuvieron una reunión con el Ministerio de Salud de la Nación y se les garantizó que habrá una resolución puntual para ellos.

¿Qué pasa con el resto del sector? Tras la corrida del dólar post elecciones, fabricantes nacionales de descartables «de primera atención», de equipos de alta complejidad y tecnología médica, que tienen el mismo problema de un stock que baja y no se repone, siguen demandando respuestas.

«Veníamos advirtiendo a directores de hospitales y a las oficinas de compra de diferentes centros de salud que vamos a comenzar a diferir las entregas y a no poder proveerles ciertos insumos. Esa situación se agravó«, dice a Clarín Alberto Morales, gerente general de la Cámara de Equipamiento Hospitalario de Fabricación Argentina (CAEHFA).

En nuestro país se fabrican desde equipamientos de rayos X hasta respiradores. También oxímetros (que muestran la saturación de oxígeno en sangre) y monitores de cabecera (la pantalla con los signos vitales junto a los pacientes internados). 

El oxímetro, un dispositivo muy utilizado durante la pandemia para medir el oxígeno en sangre. Foto: Los Andes

El oxímetro, un dispositivo muy utilizado durante la pandemia para medir el oxígeno en sangre. Foto: Los Andes

Los insumos médicos se venden «de a poco» porque aumentan con regularidad y los proveedores desconocen los precios del mismo producto al día siguiente.

El objetivo es que solucionen los atrasos en la aprobación y nuevos plazos del pago de SIRAs (Sistema de Importaciones de la República Argentina).

De la reunión con Cadra también participó la Secretaría de Comercio, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación, que es quien aprueba o no las SIRAs (así llaman a cada licencia de importación). Se aclaró que los productos para la salud son exceptuados del pago del impuesto PAIS del 7.5%.

Pero el sector demanda que haya una excepción más relevante, y que es posible porque existió el año pasado.

En agosto de 2022, este sector había sido exceptuado para poder acceder al Mercado Único Libre de Cambios (MULC -donde son vendidos los dólares a precio oficial-) y comprar e importar insumos para fabricar insumos y partes para equipamiento médico. Eso les permitía un plazo cero para pagarles a los proveedores del exterior.

Eso no va más.

«En nuestro sector la demora para pagarle a proveedores externos, que no cargan el pedido hasta que no reciben el pago, ya está generando desabastecimiento. Nuestros stocks están cayendo a cero. Nuestras SIRAs están en el orden de los 90, 120 días y hasta 360 días», marca Morales.

La situación es delicada, aseguran, desde la decisión del Banco Central de postergar de 60 días hasta más de 180 días el acceso a los dólares para pagar a esos proveedores del exterior.

El problema radica en la escasez de divisas que necesitan para pagar por insumos básicos del sistema de diagnóstico y tratamiento médico. Sí se habilitó la importación de medicamentos.

Sin ser filiales de las multinacionales ni grandes empresas, las pymes de salud denuncian la exigencia implícita del Gobierno de financiar a seis meses sus propias importaciones, o que las abonen con dólares en efectivo.

«Tenemos soluciones para esto. Pero el diálogo está cortado. No tenemos respuestas ni de Tombolini (Secretario de Comercio) ni de Germán Cervantes (subsecretario de Política y Gestión Comercial), para poder acercar nuestras soluciones. Cortaron comunicación».

El sector propone que, como cada fabricante está inscripto en ANMAT, cada vez que se haga un pago a plazo cero se respalde con una declaración jurada para el seguimiento estricto de lo que se importó.

«Al entrecruzar el CUIT con el registro de ANMAT se puede comprobar que lo que un fabricante importa lo usa, en tiempo y forma, para fabricar. Nosotros no compramos y nos stockeamos. No especulamos. Compramos para fabricar», cierra molares.

En el sector de Salud, el 40% de los que se utiliza es importado y el 60% es nacional. Se importan desde componentes electrónicos, hasta materia prima. Por ejemplo, un fabricante de equipos de rayos X importa tubos, también importa lo necesario un fabricante de mesas de anestesia. 

¿Qué es lo primero que aseguran que va a faltar? 

No un equipo de rayos x ni un tomógrafo, porque en su mantenimiento tiene reposiciones con un mínimo cada 4 meses. Pero dicen que van a faltar gasas, catéteres y todo implantable vascular, lo necesario para el tratamiento de pacientes en posoperatorio, implantes traumatológicos (como caderas) y descartables de todo tipo.

El 70% de los insumos y la materia prima se importan de China y Asia. También hay componentes médicos que se compran en Estados Unidos.

Quienes se hacen diálisis tienen todo un «kit» de insumos descartables. Su descarte constante requiere una reposición al mismo ritmo. Además, marcan, hasta el suero también puede estar «sin stock».

PS

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